Una fe basada en el consenso social

Nobel Perdu es miembro de la pequeña comunidad bahá'í de Almería · Esta forma diferente de ver la vida y la sociedad nació en el siglo XXI en Irán, donde es la minoría religiosa más numerosa del país

Gentes de diferentes etnias y edades componen la comunidad bahá'í, que se extiende por todo el mundo.
Yandira Villegas / Almería

14 de agosto 2008 - 01:00

"La vida es como el proceso de gestación de un bebé. Todo lo que se desarrolla ahora será necesario para la vida después de la muerte, que no es el final de la existencia, sino el principio de ella". Con estas palabras, Nobel Perdu, secretario de la Asamblea Espiritual Local de los Bahá'ís de Almería, explica la base de la religión que profesa desde que tenía quince años.

La historia de Nobel es de esas que causan admiración. Aunque sus orígenes son ingleses, fue a nacer en Sudáfrica, cuando todavía era una colonia británica, de donde se marchó a muy temprana edad huyendo de los problemas del apartheid. De todos los lugares que ha conocido, el que lo consiguió cautivar fue Almería, donde reside desde hace veinte años. Actualmente, trabaja como profesor de inglés y traducción en la Universidad, aunque también ha impartido clases en algunos institutos de la capital.

La religión bahá'í llegó a su vida cuando él era muy pequeño, ya que su madre era seguidora de esta doctrina. Pero su adhesión definitiva a la comunidad se produjo cuando tenía quince años. ¿El motivo? "Uno de los principios fundamentales de los bahá'is es investigar qué es para poder elegir. Los seguidores de esta religión, al contrario que en otras, no nacen, se hacen", explica Nobel. Para formar parte de la comunidad basta con admitirlo en la asamblea. "Se trata de una fe pacífica, moderna y sin clero, que parte del crecimiento interior de la persona. Tiene una serie de prohibiciones y normas que se van adaptando a las épocas que vivimos, pero no afectan a la creencia en sí", dice Nobel.

La religión bahá'í fue fundada por Bahá'u'lláh en Irán en el año 1844, un país donde, a pesar de ser la minoría religiosa más numerosa, no está recogida en la Constitución. Por este motivo, ha sufrido una persecución constante desde su aparición, llegando incluso a cometerse verdaderas injusticias contra los miembros de esta comunidad. Los jóvenes bahá'ís han sido expulsados de los centros de enseñanza, detenidos y condenados a muerte en muchos casos. Además, se han destruido sus cementerios y lugares históricos, sagrados, de culto o de reunión.

La última oleada de agresiones contra este grupo se produjo el pasado mes de mayo, cuando fueron detenidos los siete máximos puestos a nivel nacional, que se encuentran incomunicados y sin posibilidad de ser defendidos por un abogado. Para justificar estas violaciones de los derechos humanos, los iraníes los culpan de apoyar a Israel, algo que los bahá'ís de todo el mundo desmintieron nada más enterarse.

A pesar de las dificultades que encuentran en los países islámicos, muchos organismos internacionales, como las Naciones Unidas o el Parlamento Europeo, han mostrado en reiteradas ocasiones su condena a la persecución de este grupo religioso. Lo mismo ha ocurrido en las cámaras representativas de algunos países, como España o Estados Unidos.

El estudio de esta ideología demuestra que, más que una religión, puede considerarse una filosofía de vida, basada en el conocimiento y la aceptación de otras creencias y doctrinas. Bajo el lema de unificar a la humanidad, la Fe Bahá'í fue una adelantada en su época, ya que promovió aspectos como la igualdad entre hombres y mujeres, independientemente de la raza o la nacionalidad que fuesen, en una sociedad afectada por el fanatismo religioso.

La comunidad bahá'í cuenta con seguidores en todo el mundo e incluye a 2100 etnias diferentes. Aunque no cuenta con una jerarquía delimitada, su organización es muy formal y se agrupan en asambleas a nivel local, nacional e internacional, elegidas democráticamente cada cierto tiempo. Además, en cada continente hay una Casa de Adoración, "una especie de templo con nueve entradas y una cúpula, que representa la unión de todas las religiones", explica Nobel. El Centro Mundial Bahá'í se encuentra en la ciudad de Haifa, en Israel, lugar donde murió Bahá'u'lláh, en el que se reúnen miembros de todas partes del globo, dando lugar a un colorido y pintoresco evento.

La Fe Bahá'í promueve el desarrollo económico y social, apoyando el crecimiento en las zonas subdesarrolladas. Una nueva forma de ver el mundo y la vida.

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