Cuenta con pienso apropiado, pero la creciente familia de patos del parque del Andarax tiene competidores a la hora de hacerse con el pan y los gusanitos que los visitantes suelen depositar en estas aguas estancadas a las que se han habituado los galápagos Trachemys, más conocidos como las tortugas de Florida, una especie invasora que ha disparado la alarma en la Universidad de Almería y en el Ayuntamiento de la capital, en cuyo punto de mira se encuentran también las gaviotas que sobrevuelan la ciudad. Serán objeto de seguimiento junto a las cotorras argentinas, pues no solo a los jabalíes silvestres se les está tratando de poner coto.

El estanque de unos 7.000 metros cuadrados del parque del Andarax es el hogar perfecto en el imaginario de esos almerienses que sacan de sus acuarios a estas tortugas de agua dulce sobre las que siempre se dice que, si se encuentra alguna, hay que llamar al 112 para que no quede en la naturaleza.

Igual que ha venido ocurriendo con los patos desde que el Ayuntamiento soltara diez como atractivo de este pulmón verde dos años después de su inauguración en 2010 –en pocos meses ya eran más de 30 los ejemplares–, en el estanque del parque del Andarax nadan numerosos galápagos del género Trachemys, especie que, según el Portal Ambiental de la Junta de Andalucía, compiten con los galápagos autóctonos desplazando a sus poblaciones, alteran la comunidad acuática dada su voracidad y, además, entrañan riesgo para la salud humana al actuar como vector de la salmonella.

Se dice que la de Florida supera con mucho el tamaño de las tortugas autóctonas y es más agresiva, veloz y voraz que las locales, por lo que la disputa por los alimentos se convierte en una batalla desigual. Además la tortuga de orejas rojas, llamada así por unas peculiares manchas de ese color o amarillas que presenta detrás de los ojos, cría mucho más y llega antes a la madurez sexual, por lo que en poco tiempo se convierte en dominante en las zonas donde habita.

Tortuga de Florida

Es por ello que el tercer convenio de colaboración entre el Centro de Investigación de Colecciones Científicas de la UAL (CECOUAL) y el Ayuntamiento , cuyo borrador fue aprobado en los órganos de la Administración local, incorpora medidas de vigilancia hacia estos galápagos Trachemys. Se realizará un muestreo para inventariar las especies de galápago de este género presentes en el parque del Andarax, así como una estimación del número total de individuos de esa población.

El convenio recoge también el diseño de un cartel con información sobre el impacto negativo de esta especie sobre poblaciones locales de galápago leproso (Mauremys leprosa), así como el procedimiento legal para su entrega a las autoridades y evitar su entrada en el medio ambiente.

Galápago leproso

Además de esta especie existen otras, como la gaviota, que sin ser exóticas invasoras pueden generar conflictos y “son necesarias medidas de gestión consensuadas”, apunta el acuerdo a suscribir entre el CECOUAL y el Consistorio, por el que el Centro de Investigación se compromete a realizar un inventario sobre las diferentes especies presentes en Almería y un seguimiento de la población, así como de las incidencias generadas causadas por estas especies para proponer medidas de control, en caso de que sea necesario, a sumar a las anunciadas por el área de Sostenibilidad Ambiental y Energética.

La buena climatología, un entorno favorable y la disponibilidad de recursos alimenticios ilimitados han favorecido el crecimiento del número gaviotas, hasta el punto de que estas aves, entrañables en su vínculo con el mar, pueden acabar convirtiéndose en un problema de consideración. No solo por los corrosivos excrementos y molestos ruidos, sino porque constituyen una amenaza para otras especies y pueden llegar a tener comportamientos violentos a la hora de hacerse con comida, como ha ocurrido en otras ciudades. De hecho, el Ayuntamiento anunciaba en septiembre la decisión llevar a cabo una campaña de control mediante la interviniendo en nidos y huevos.