La Guardia Civil transporta combustible del narcotráfico en coches no homologados y sin protección

La AUGC acusa a la Comandancia de Almería de poner en riesgo a los agentes al ordenar traslados de petacas sin medios ni formación

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Petacas de combustible tiradas por las calas de Cabo de Gata
Petacas de combustible tiradas por las calas de Cabo de Gata

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado ante la Inspección de Trabajo a la Comandancia de Almería por exponer a los agentes a graves riesgos durante el traslado de las petacas de combustible incautadas al narcotráfico en las costas de la provincia. Según la organización, estos depósitos inflamables —que pueden contarse por centenares— se transportan de forma rutinaria en vehículos sin homologación ADR ni medidas de seguridad.

“Se ha convertido en una práctica habitual cargar esas petacas en furgonetas o coches oficiales que no están preparados para ello”, denuncia la AUGC, que asegura que los guardias no cuentan con formación específica ni protección frente a la inhalación de vapores tóxicos. Tampoco se les ha proporcionado ningún protocolo de actuación más allá de una calificación oficial de “riesgo moderado”, algo que la asociación tacha de “burla” y de incumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

A esta situación se suma el almacenamiento de las petacas en depósitos improvisados, algunos de ellos en instalaciones municipales sin registrar, hasta que una empresa con sede en Córdoba las retira para su destrucción. “Estamos hablando de residuos altamente inflamables acumulados sin control, como si fueran simples trastos viejos”, critican desde la delegación almeriense de la AUGC.

La asociación, que lleva meses reclamando sin éxito a la Comandancia y al Consejo de la Guardia Civil la implantación de protocolos adecuados, advierte de que “Almería se está convirtiendo en el basurero del narcotráfico”. Además, subraya que esta cadena de negligencias está dejando a los agentes vendidos, sin protección ni respaldo institucional.

“No vamos a parar hasta que se proteja la salud y la seguridad de los compañeros. Esta situación es insostenible”, aseguran desde la AUGC, la principal asociación profesional del cuerpo y galardonada en 2010 con el Premio Nacional de Derechos Humanos por su lucha por la democratización de la Guardia Civil.

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