La instrucción almeriense de Garzón
los comienzos del magistrado baltasar garzón Los primeros casos de su carrera judicial
El juez comenzó su carrera en Almería y a lo largo de la misma se ha ocupado de asuntos de lucha contra la delincuencia que tenían implicaciones en la misma
Cuando conocí a Baltasar Garzón, yo no sabía que era juez, ni él que yo era periodista. Fue un encuentro intrascendente en la cafetería del Gran Hotel. Un amigo policía, fue quien hizo de maestro de ceremonias. Garzón ya llevaba unas semanas en Almería. Había llegado procedente de Vitoria junto a Yayo, su mujer y sus dos hijos pequeños. Solo un par de meses duró por tierras alavesas. Le tiraba Andalucía y de alguna manera añoraba su primer destino en Valverde del Camino y después Villacarrillo.
Recuerdo que la primera actuación del juez Garzón en Almería allá por 1983, adscrito ya al juzgado de instrucción numero 3 de Almería, sé produjo un día más tarde de su toma de posesión. Fue para aclarar el asesinato de un marroquí internado en la vieja prisión de Almería, frente al Seminario, dirigida entonces por Tómas Nieto. Garzón se encargó de la investigación del suceso. Su estancia ese día en la vieja cárcel se prolongó hasta las tres de la madrugada. Durante la reconstrucción del asesinato, Garzón, desoyendo los consejos de los funcionarios fue quien le entregó personalmente al preso, el cuchillo sospechoso e incriminatorio para la reconstrucción de los hechos.
Durante su estancia en Almería, Garzón supo ganarse numerosos amigos, con los que actualmente sigue manteniendo una estrecha relación. Hablamos de Federico Soria, quizás su mejor amigo en Almería. Garzón es el padrino del menor de los hijos del letrado almeriense, de Pepe Olmedo, policía nacional, encargado de su protección y vin culado por padrinazgo con el magistrado, sin olvidar a una serie de amigos que cada viernes nos juntábamos en el pub Baron de la calle Gerona, donde Garzón y yo compartimos algunos gin tonics discrepando de seguridad mientras Chipo y su grupo nos alteraba la noción del tiempo.
Sus buenas maneras de bailarín- especialmente por sevillanas- quedaron marcadas en aquellas fiestas de la Policía que yo presentaba en el hotel la Parra o el club de Tenis posteriormente, sin olvidar sus partidillos de futbol sala los viernes emulando a Buyo o Zubizarreta, El magistrado hasta su marcha a Madrid en 1987 se vio inmerso en la instrucción de diversos sumarios relacionados con la trama del coral y las primeras macrooperaciónes con el narcotráfico en la provincia.
Sin embargo en la meteórica carrera de Garzón, existe una espina clavada que incluso menciona en el libro que en su día escribió Pilar Urbano estrechamente unida a la provincia de Almería. Se trata del denominado doble crimen de Canjayar, ocurrido en este municipio el 20 de noviembre de 1985, donde un matrimonio de ancianos fueron asesinados a golpes en su vivienda. Un caso sin resolver. Garzón magistrado del juzgado numero 3 de Almería ejercía ese día las funciones del juzgado numero 1, donde judicialmente pertenece Canjayar. No hubo pista alguna y Garzón siempre se lamentó de que el caso quedase impune.
Ya en la Audiencia Nacional, Garzón volvió a tener protagonismo con implicaciones almerienses, como fue la operación Nova y el terrorismo islamista y anteriormente por el caso Asensio. Junto al fallecido empresario cinematográfico, fueron detenidas otras cinco personas a raíz de la localización de una serie de explosivos, lo que provocó que el presidente de la comisión judicial, en aquellas fechas Nicolás Poveda, demandara la presencia de Garzón por estimar que los detenidos se ajustaban al perfil de bandas armadas, firmando Garzón el auto de procesamiento.
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