JUCIL denuncia: la Comandancia niega calabozos en Roquetas y obliga a llevar los detenidos a Almería

La Guardia Civil de Roquetas de Mar se enfrenta desde el 1 de julio a una situación insólita: el cuartel carece de calabozos para custodiar a los detenidos. Cada arresto obliga a desplazar a los sospechosos a la Comandancia de Almería, a más de 22 kilómetros, lo que significa dejar a la ciudad desprotegida durante varias horas.

La asociación profesional JUCIL lleva dos meses alertando de los riesgos que esto supone para los agentes y los vecinos. El 7 de julio presentó una instancia reclamando la creación urgente de un Área de Custodia de Detenidos en el Puesto Principal. Sin embargo, el 29 de agosto llegó la respuesta de la Comandancia: rechazo rotundo, alegando que ya existen “recursos en municipios cercanos”.

Para JUCIL, la contestación es “inaceptable”. Señalan que Roquetas es uno de los destinos más conflictivos de España, con más de 1.000 detenciones al año, más de 10.000 diligencias y barrios de enorme tensión social como las 200 Viviendas, donde el tráfico de drogas y los episodios violentos son habituales. Además, la costa roquetera es punto de llegada de narcolanchas, y su población, compuesta por más de un centenar de nacionalidades, convierte a la localidad en un escenario de especial complejidad para la seguridad ciudadana.

La denuncia no es nueva. Ya el 2 de julio, JUCIL hizo público que la Guardia Civil de Roquetas había perdido el uso de los calabozos municipales, dependientes de la Policía Local, lo que obligaba desde entonces a llevar a todos los detenidos a Almería. Entonces, el secretario provincial, Rafa Maldonado, advirtió de que “el verdadero problema no es la pérdida puntual de las dependencias municipales, sino la falta histórica de un área de detención propia en el cuartel de Roquetas”.

Esa carencia, añadió, incumple lo establecido en la Instrucción 11/2015 de la Secretaría de Estado de Seguridad y “demuestra el abandono institucional que sufre una unidad tan crucial para la seguridad ciudadana”.

El problema se multiplica en verano. La población de Roquetas de Mar se triplica en estos meses, al mismo tiempo que la plantilla de la Guardia Civil se reduce por vacaciones. “Cada traslado supone una patrulla menos en la calle durante horas, con el consiguiente impacto en la vigilancia”, recalca la asociación.

JUCIL subraya que la falta de calabozos pone en riesgo la seguridad de los agentes, limita la atención a los ciudadanos y vulnera los derechos fundamentales de los detenidos. Por ello, exige a la Dirección General de la Guardia Civil que rectifique la decisión de la Comandancia y dote al cuartel de instalaciones adecuadas.

Mientras tanto, la segunda ciudad más poblada de Almería afronta uno de sus veranos más complicados sin poder garantizar que quienes son arrestados permanezcan bajo custodia en su propio municipio.