Presunto parricidio en Huércal de Almería

Crimen del pequeño Sergio: “Para mí o para nadie”

  • El entorno de Ana María B. L. reconoce la situación extrema que vivía: sin trabajo y con la dificultad para conciliarlo con su hijo

  • Su último empleo conocido fue en Huércal de Almería y solo estuvo dos semanas

  • “La veíamos incapaz de algo así; quizás sí de haberse hecho daño a sí misma”

Ana María B. L., detenida por el presunto parricidio.

Ana María B. L., detenida por el presunto parricidio.

“Para mí o para nadie”, insistía Ana María B. L., madre de Sergio, de 7 años de edad, y detenida por presunto parricidio el pasado jueves por la mañana a su entorno más cercano. Precisamente ese mismo día, los abuelos paternos del pequeño tenían que recogerle a las 14:00 horas de la tarde a la salida de su colegio, La Jarilla, en la barriada de Villa Inés en Huércal de Almería, que ha quedado totalmente consternada. Antes, a mediodía, ya prácticamente todos sus conocidos sabían de la dramática noticia. “Conocía Ana María al igual que nos conocemos todos aquí. Cada día nos veíamos para llevar y recoger a nuestros hijos del colegio. Y sí, era una persona a la que se la veía nerviosa, pero es que yo sabía un poco de su situación. Estaba parada, buscaba trabajo y tenía problemas económicos. Eso genera una ansiedad normal, pero jamás me habría podido imaginar cómo ha desembocado en algo tan terrible”, explica una vecina de la barriada de esta barriada, que no quiere desvelar su identidad ante un suceso tan doloroso como este, al igual que otras muchas personas cercanas con las que Diario de Almería ha contactado.

“Sin embargo, hay gente que sí veía que la tensión había crecido en ella. Especialmente después del episodio que tuvo lugar el pasado jueves día 3 de octubre a la salida del colegio, cuando coincidieron el padre del niño junto con la abuela paterna, y la madre, para recogerlo”, recuerda esta vecina, quien asegura “que hubo más que palabras. El desprecio fue mutuo y la tensión importante”.

Y es que ese día, Ana María B. L. se saltó el régimen de visitas del padre, que iba de jueves, a la salida del pequeño del colegio a las 14:00 horas, a viernes una semana; y la siguiente de jueves a lunes por la mañana. Aquel día, algunos de los presentes, notaron como las cosas iban peor de lo que pensaban. Eso sí, “ella se desvivía por su hijo. O por lo menos eso es lo que se veía. Era muy protectora, diría que de manera enfermiza”.

Quien conoce a la presunta parricida sabe que estos últimos dos años habían sido muy difíciles para ella. Buscaba trabajo activamente, condición indispensable para mantener la custodia de su hijo. El problema es que aseguraba tener dificultades para conciliar su crianza con la vida laboral. Ana María, diplomada en Turismo, tuvo como último trabajo conocido el año pasado un puesto relacionado con este ámbito en Huércal de Almería. Apenas permaneció quince días. Tenía que cuidar de su hijo. Según cuentan, esta situación, además del deseo de volver con su exmarido, la fue mermando mentalmente. Un cúmulo de circunstancias adversas que la pusieron al límite.

“El padre tenía algunos fines de semana al niño y se lo traía a Alcolea, a la casa familiar, con sus abuelos. Ella, que es de aquí también, aprovechaba esos momentos para venir a la casa donde viven su padre y su hermano. Siempre intentaba entrar a la casa de los abuelos paternos con el objetivo de que convencieran a su hijo para que volviera con ella. He llegado a verla este verano durmiendo en la calle, cerca de esta vivienda”, explica un vecino de este municipio alpujarreño.

Allí, aseguran que tanto él, padre del pequeño fallecido, como sus padres (abuelos paternos), denunciaron en decenas de ocasiones a Ana María por acoso y difamación. “Y ella a él, de manera falsa, y lo detuvieron”, explica sobre as denuncias por malos tratos que terminaron siendo archivadas y que se remontan a 2017. Por aquel entonces, y ante los indicios de un delito de maltrato, a Ana María se le concedió provisionalmente el uso de la vivienda y la guarda y custodia del menor hasta febrero de este mismo 2019, cuando se dictó la sentencia absolutoria.

Las muestras de dolor han llegado y la conmoción no solo se han circunscrito a Huércal de Almería, la zona de residencia de Ana María B. L. y su hijo Sergio, sino que ha trascendido a toda España. Al igual que la sorpresa por ser presuntamente la propia madre quien haya podido ejecutar tal crimen. Algo que “jamás lo podíamos haber imaginado. De pasar algo malo pensaba que antes se lo habría hecho así misma que a su hijo”.

Padres y madres del colegio La Jarilla en Villa Inés viven los peores días de su vida. Las condolencias, las manifestaciones silenciosas y los mensajes en memoria del pequeño Sergio en redes sociales son constantes. Entre ellas hay una que ha calado hondo, como es la del actual concejal de Servicios Urbanos del Ayuntamiento de Huércal de Almería y que fuera durante años conserje de este centro.

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