Tribunales

El móvil sitúa al acusado de matar a su expareja en Roquetas en la zona del crimen y no en la playa

La vista oral ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Almería.

La vista oral ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Almería. / D.A. (Almería)

Los agentes de la Guardia Civil que investigaron la muerte violenta de Inmaculada Z.M.O., de 42 años, han asegurado este martes que detuvieron a su expareja y procesado D.C. al constatar que "no era cierta" su versión de que estaba "en la playa" de Roquetas de Mar a la hora en la que se produjo el asesinato y comprobar que la geolocalización de su móvil "lo situaba" en la escena del crimen.

"Lo más significativo es que estaba en la misma celda del mismo repetidor que la fallecida", ha indicado el instructor de las diligencias, quien ha precisado ante el jurado popular que, también, se encontró ADN "mezclado" del acusado y en la víctima en la chaqueta hallada junto al cadáver con "restos de arena y yeso" y que, según la Fiscalía, sirvió para "envolver" la piedra de cinco kilos con la que presuntamente la golpeó en el rostro hasta la muerte.

En la segunda sesión de la vista oral en la Audiencia Provincial de Almería, los testigos de la Guardia Civil han indicado "no tener duda" de que D.C. "no estaba en la playa" a las 23,58 horas del 5 de junio de 2021, hora del crimen, y han añadido que nadie pudo situar ese día al acusado en un salón de juegos próximo "aunque sí dijeron que lo frecuentaba".

"Nos dijo que se había ido a la playa del puerto de Roquetas de Mar porque tenía mucho calor, y después, a su casa, pero desde el puerto hay tres o cuatro kilómetros a la antena con la que se conectó su móvil y que es la que da cobertura a la zona del crimen", han apuntado.

Han añadido que la "hipótesis" que manejan los investigadores es que "se quedó cerca, apostado, agazapado, viendo a la Policía Local y a la Guardia Civil" hasta las 01,00 horas y después se fue hasta el domicilio "donde pernoctaba puntualmente en un sofá" desde que fue excarcelado ya que su casa "estaba en El Viso".

A preguntas de la fiscal, han considerado "imposible" que Inmaculada Z.M.O. llevase puesta la chaqueta que se encontró junto a su cuerpo "ya que iba vestida y ni siquiera le dio tiempo en el ataque a desprenderse del bolso" y han afirmado que "estaba anudada claramente para poder tapar" la piedra. "Tenía bastante arena, como la bolsa que también se encontró", han explicado.

Sobre la escena del crimen, han detallado que el cuerpo sin vida de Inmaculada Z.M.O., tendido en la acerca, tenía el "rostro totalmente hundido" y que no "presentaba signos de defensa, lo que hacía indicar "un ataque súbito y con superioridad física". Han subrayado que "no había proyección de sangre", por lo que "podría ser que ella estuviera en el suelo cuando se produjo la agresión" y que, desde el primer momento, la identificaron por el sistema Viogen.

Los agentes de la Guardia Civil han señalado, asimismo, como un "hecho significativo" que el entorno de la víctima contase "que, el día anterior," el procesado "le había estado haciendo un seguimiento" y han destacado cómo les refirieron "que había sido visto con frecuencia" por donde se movía Inmaculada Z.M.O. pese a tener en vigor una orden de alejamiento de ella.

"Otro testigo más personal, un cliente, nos relató que, una vez, saliendo de la vivienda en la que ella ejercía la prostitución, se lo encontró, y que se sitió intimidado al decirle que había estado en la cárcel por su culpa y que lo único que quería era papeles, y sus compañeros de casa nos aseguraron que había cambiado la cerradura porque no se fiaba de su expareja, o sea, de él", han dicho.

"MUJER MARROQUÍ" PRESENTE EN LA ESCENA DEL CRIMEN

Por su parte, la defensa ha centrado su interrogatorio a los guardia civiles que han depuesto como testigo en la presencia de una "mujer marroquí, rubia" a la que varios testigos citan en la escena y el momento del crimen ya que ejercía la prostitución en la zona, y en una "riña" entre dos mujeres, una rubia y "otra que responde a las características" de la víctima sobre las 22,00 horas de esa misma noche.

Uno de los policías locales que actuó en un primer momento y los agentes de la Guardia Civil han señalado que una conductora que pasaba por la zona "vio salir corriendo a una mujer rubia", pero el secretario de las diligencias ha respondido tajante al abogado que a esa mujer marroquí "se tomó ADN que se contrastó con el de la escena y dio negativo".

Han matizado sobre la "pelea" que habría sucedido unas horas antes del asesinato que más que "una discusión" se trató de "que la mujer marroquí increpaba gesticulando mientras la otra mujer hablaba por el móvil, ignorándola". "No tenemos ninguna duda de que D.C. mató a Inmaculada", han concluido.

Según sostiene la fiscal, quien pidió en su alegato inicial a los integrantes del jurado popular que "hagan justicia", el acusado, quien había mantenido una relación sentimental con la víctima durante tres años, la acechó en una calle que sabía que ella recorría a la salida del trabajo y le dio presuntamente con una piedra de "dimensiones desproporcionadas" en la cara "múltiples e incesantes golpes".

Mantiene que "aumentó de manera intencionada su dolor", ya que le propinó, tal y como ha remarcado en esta primera sesión del juicio, "no uno, ni dos, ni tres, sino hasta cuatro" golpes con la piedra de hormigón en el "rostro hasta que logró hundírselo y desfigurarlo" para, a continuación, dejarla en la vía pública y emprender la huida.

"Aquella noche del 5 de junio de 2021, harto de seguirla y de molestarla fue hasta la calle Pintor Rosales de Roquetas de Mar, pequeña, con coches a ambos lados, y aprovechó la oscuridad de la noche para ensañarse con ella hasta la muerte, hasta dejarla totalmente irreconocible. La mató, además, aprovechando su condición de mujer", subrayó en sala en la primera sesión.

En el proceso penal con tribunal con jurado contra D.C. también está personada la Junta de Andalucía, que se ha adherido a la acusación de la Fiscalía ante la "brutalidad" que se "cometió con Inmaculada Z.M.O.", quien el momento de su asesinato tenía 42 años y tres hijos mayores de edad.

Las acusaciones le atribuyen la comisión de un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de discriminación por razón de género por el que interesa 25 años de cárcel, otro de quebrantamiento de condena por el que pide un año de cárcel, y un tercer delito de coacciones en el ámbito de la violencia sobre la mujer por el que solicita 24 meses de prisión.

En su escrito de acusación, el fiscal indica que la víctima rompió la relación de tres años "a consecuencia del maltrato desplegado" por el procesado sobre ella "movido por los celos" y que fue condenado en firme por ello, por lo que tenía en vigor una prohibición de acercarse a menos de 500 metros.

Añade que, desde que fuese excarcelado en abril de 2021, la sometió presuntamente a acoso para "forzar su encuentro y retomar la relación", y también, para "coartar su tranquilidad emocional" con "un total desprecio a la resolución judicial" que le obligaba a permanecer lejos de ella.

El Ministerio Público detalla que habría acudido de "forma continuada" a los domicilios y casas en los que Inmaculada Z.M.O. trabajaba, habría generado "altercados con sus compañeras", la habría "seguido a cualquier lugar que fuera" y que la habría esperado "para acecharla" y "recriminarle que había entrado en prisión por su culpa", además de "ponerse en contacto" con "familiares y amigos" para que "volviese con él".

Al margen de la pena privativa de libertad, el fiscal interesa que se le imponga la medida de libertad vigilada por periodo de diez años y que se le prohíba acercarse a los tres hijos de la víctima a menos de 500 metros por un periodo de 30 años, al tiempo que pide el pago de 100.000 euros de indemnización a cada uno de ellos.

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