La cantera de músicos de Almería entusiasma en su concierto de Navidad

Entre las obras que presentaronsobre el escenario, durante la primera función, destacaron English Folk Suite de Ralph Vaughan- Williams y St Pauls Suite de Gustav Host. "Host era un trombolista inglés que comenzó a componer una pieza para el colegio Sant Pauls. Está compuesta por cuerda, violines, cholo violas y contrabajos. Es ante todo una obra maestra de la historia de la música", explica el director.

Detrás de la puerta, corrían de lado a lado los niños, unos más nerviosos que otros y con un gesto común, con una ilusión, que ni el propio Alejandro Torrente, compositor de la obra, podría representar en cualquiera de sus partituras. "Llevamos ensayando varios días durante muchas horas, la verdad es que no estamos nerviosas porque es el pan de todos los días en nuestra escuela de música. Tenemos muchas ganas de salir. Además, dicen que está lleno", manifiestan, sonrientes, en el pasillo, María, Laura y María del Carmen, tres niñas del coro.

Los minutos pasaban a una velocidad espasmosa. Los disfraces, el maquillaje, las dudas de última hora, la sal, el miedo escénico, todo formaba ya parte del pasado. Estaba listos para que se abriera el telón. Instantes después, en un abrir y cerrar de ojos, se encontraron con un Maestro Padilla hasta la bandera de familiares, amigos, periodistas y políticos. Tras una breve introducción emitida por cuatro elfos, los violines comenzaron a sonar.

La cantera de jóvenes músicos demostró su enorme formación y preparación musical desde el primer instante en que comenzó el espectáculo. El público respondió con fuertes aplausos. Quedó claro que, en tan sólo unos años, estos niños abandonarán su etiqueta de canteranos para ser titulares indiscutibles del primer equipo de la Orquesta de Almería.

La oratoria de Navidad Orquesta y trombón solista, de Alejandro Torrente, puso de manifiesto en el Padilla que el teatro, la cultura, la Navidad y los niños caben en un escenario, en una sinfonía con violines, flautas, contrabajos, timbales, coro y piano. Con una cuidada ambientación escécina comenzaba el concierto, donde se contó, además, con la colaboración de varios actores que sirvieron de hilo conductor entre las piezas interpretadas por la Orquesta Joven de Almería.

Nadie quiere a trombón en una orquesta de cuerda. Sus sonidos se asemejan al producido por la trompa de un elefante. Se siente triste porque le dan de lado. Vestido de payaso, exprime su tristeza a través de fuertes bocanadas de aire, despreciadas, en un principio, por 100 jóvenes músicos llevados por la batuta de Francisco José Esteban Hernández. Al menos, narran cuatro elfos, cuenta con el apoyo incondicional de Santa Claus, el solista, el único capaz de convencerlos. Al final cumple el cometido y logra que el trombón sea aceptado por el grupo.

Tras un espectáculo de danza folclórica inglesa de Williams, tres danzas rumanas y numerosos villancicos, el espectáculo llegó a su fin. Entonces posaron sobre el escenario todos juntos para despedir un año que hace presagiar que el que viene será mejor. "Si continúan así, seguramente que salgan más niños y más cuerda en Almería. Será casualidad, pero durante los últimos años cada vez hay más aficonados a la música en la ciudad.", concluye