Dos pateras en un mismo día dejan dos muertos y dos heridos graves en Vera y Níjar

Uno de los fallecidos no habría muerto ahogado, lo que abre nuevas líneas de investigación para la Guardia Civil

Narcolanchas, petacas y nudistas en la costa de Vera

Y al tercer viaje... encalló la Phantom

Buzos de la Guardia Civil durante el rescate de uno de los heridos
Buzos de la Guardia Civil durante el rescate de uno de los heridos / Guardia Civil

En apenas unas horas, la costa almeriense ha registrado dos tragedias migratorias simultáneas que se han saldado con dos muertos y dos heridos graves. Las pateras llegaron este lunes por la mañana a dos puntos distantes: la playa de Cala Carbón, en Níjar, y la zona de la carretera N-340a, en Vera. El primer aviso se produjo pasadas las 08:30 horas en Níjar. El 112 recibió la llamada de un alertante que había visto, ya en la orilla, a una persona que parecía fallecida y a otra con heridas graves. El testigo aseguraba que procedían de una patera. La Guardia Civil, los servicios sanitarios y la Policía Local acudieron al lugar. Un helicóptero del instituto armado evacuó al herido hasta el Hospital Universitario Torrecárdenas, mientras que el fallecido quedó bajo custodia judicial.

En Vera, el caso fue distinto. A las 12:00 horas, Emergencias recibió una petición de asistencia para un varón localizado en la N-340a que presentaba signos de haber llegado en patera. Los sanitarios pidieron la intervención de las fuerzas de seguridad y el herido fue trasladado al Hospital de La Inmaculada, en Huércal-Overa, según fuentes próximas al caso. El fallecido asociado a este suceso no habría muerto ahogado, un detalle que, según las fuentes consultadas, ha llevado a la Guardia Civil a abrir una investigación para esclarecer el motivo del deceso.

Con estos dos episodios, la provincia de Almería suma otra jornada marcada por la dureza de las rutas migratorias. La Guardia Civil intenta determinar el punto de salida de las embarcaciones, el número total de ocupantes y las condiciones de la travesía, que en ambos casos han tenido un desenlace trágico. Este tipo de llegadas, aunque habituales en verano por las condiciones meteorológicas, se producen en un contexto en el que las organizaciones humanitarias insisten en que la ruta de Alborán sigue siendo una de las más peligrosas del Mediterráneo. Las mafias del triple negocio de la inmigración ilegal, el tráfico de hachís y el petaqueo están muy presenttes en las playas de la provincia con el consiguiente perjuicio para la seguridad, conservación medioambiental y proyección turística.

Una narcolancha con petacas fue abandonada en la playa nudista de Vera
Una narcolancha con petacas fue abandonada en la playa nudista de Vera

Con la llegada del buen tiempo realizan hasta cuatro o cinco viajes por jornada entre la costa almeriense y la africana, oleadas permanentes que desbordan las capacidades de actuación de la Guardia Civil y protagonizando violentos desembarcos porque no se aproximan demasiado a la orilla. Las redes delictivas que trafican con la desesperación humana no perdonan a nadie y el que no sabe nadar tiene difícil alcanzar tierra firme. Desde finales de marzo las oleadas son permanentes hacia los más de 200 kilómetros de costa almeriense entre Adra y Pulpí. La ruta argelina ha vuelto a liderar los flujos migratorios, después de varios periodos en los que se contabilizaron más desplazamientos desde Marruecos con oleadas permanentes principalmente a las playas del Poniente almeriense.

Almería sigue siendo el punto más caliente de la inmigración clandestina de la península con más 55.000 personas en la última década y también se ha convertido en un enclave geoestratégico imprescindible para la supervivencia de las mafias del triple negocio del transporte de seres humanos, tráfico de hachís y de la industria auxiliar del petaqueo. Durante el pasado año llegaron a la provincia en 357 pateras y narcolanchas 4.067 personas y 6.433 a bordo de 492 embarcaciones en el ejercicio anterior. Asociaciones y sindicatos policiales consideran que siguen "infradotados" para hacer frente a la actividad creciente de estas organizaciones delictivas, con recursos ilimitados y la tecnología más avanzada, que han desplazado sus estructuras operativas y logísticas hacia el mar de Alborán por el estrangulamiento y presión policial que sufren en aguas del Estrecho.

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