Patricia Ramírez: “Yo ya no puedo más. No me puedo tomar a la ligera ninguna amenaza”
La madre de Gabriel denuncia que sigue sin protección efectiva mientras la asesina de su hijo intenta vengarse por haberle frustrado un documental desde prisión
La juez cita a Ana Julia Quezada tras reabrir la investigación por las amenazas a la madre de Gabriel
“Yo ya no puedo más”. Patricia Ramírez ha salido este miércoles del juzgado rota, agotada pero firme. Ha tenido que volver a declarar, esta vez por las amenazas que, según su denuncia, ha recibido desde la cárcel de Brieva, donde cumple condena Ana Julia Quezada, la mujer que asesinó a su hijo Gabriel en 2018. Y lo ha hecho sin perder la entereza ni la determinación que la han convertido en símbolo de lucha digna frente al horror.
“No me puedo tomar a la ligera ninguna amenaza, y menos viniendo de alguien que ya ha demostrado cómo actúa cuando algo le molesta”, ha dicho ante los medios, poco después de comparecer durante más de una hora ante el juez instructor. A su lado, su abogada Verónica Guerrero, que ha insistido: “La prueba es sólida. Las amenazas están grabadas”.
Las amenazas fueron denunciadas por Ramírez el 31 de diciembre de 2024, cuando ya acumulaba indicios preocupantes. Personas cercanas a Quezada le advirtieron de que estaba “muy enfadada” porque había frustrado un documental que la condenada pretendía grabar desde prisión. A partir de ahí empezaron las llamadas extrañas, desde números ocultos y países extranjeros. “Yo me asusto. ¿Por qué? Porque estoy entorpeciendo algo que no quieren que entorpezca”, ha declarado este miércoles.
“He tenido que volver a defenderme en este mismo juzgado”
La causa, inicialmente archivada, fue reabierta tras el testimonio de una interna de Brieva. Hoy han declarado cuatro personas: Patricia, Ana Julia (por videoconferencia), su pareja (también investigada) y un testigo clave, trabajador de un tarot, que ha ratificado su declaración y ha entregado prueba audiovisual de las amenazas.
Ana Julia, según su abogada, se ha limitado a negar los hechos y apenas ha contestado. La pareja, imputada también, se ha acogido a su derecho a no declarar. La única que ha hablado con claridad ha sido Patricia Ramírez: “Lo más básico que estoy haciendo es recluirme en mi casa. Me he tenido que alejar de mi entorno, de mis estudios, de mi vida. Y otra vez estoy aquí, defendiéndome. Otra vez”.
Sin protección real: “Yo voy por la calle con miedo”
“Esto no es una amenaza cualquiera. Ya mató a mi hijo. ¿Qué más tiene que pasar?”, ha advertido. Denuncia que la administración no ha puesto freno ni dentro ni fuera de prisión, y que ha sido ella quien ha tenido que salir a parar el intento de lucrarse con la imagen de Gabriel.
Sobre el documental, ha sido tajante: “Si alguien lo emite, será responsable el Estado. La ley lo prohíbe. Ningún condenado puede salir a contar una nueva versión ganando dinero a costa del dolor de las víctimas”.
También ha señalado directamente a la pareja de Quezada, investigada en esta causa: “Si está imputada es porque hay indicios de que no le caigo bien, y de que podría tomar represalias. Yo no he acusado a nadie. Pero hay que llegar al fondo”.
El juzgado protege su identidad, pero no su seguridad
Por ahora, el único avance judicial en cuanto a protección ha sido la anonimización completa del procedimiento, incluida la retirada de sus datos identificativos tanto en esta causa como en la que se sigue en Ávila, por presunto cohecho en prisión.
Lo demás, según Patricia, sigue sin resolverse: “No ha habido una sola investigación patrimonial sobre Ana Julia. No ha pagado nada. Y mientras tanto puede estar ganando dinero desde la cárcel”.
Antes de marcharse, dejó un mensaje rotundo, sereno, pero demoledor: “Después de todo, tengo que volver a sentarme en el mismo juzgado. Y sigo sin sentirme protegida. Esto no es justicia. Esto es sobrevivir otra vez”.
También te puede interesar
CONTENIDO OFRECIDO POR DIPUTACIÓN DE ALMERÍA