Debo admitir por experiencia propia que incorporar a mi familia una bella perrita ha sido una de las decisiones más acertadas que he tomado en la vida. En estos mismos momentos mi querida DANA está tumbada a mi lado mientras escribo, mirándome con sus ojos amorosos e inocentes.

Nuestros compañeros más fieles

Salvo excepciones, en la mayoría de los casos debido a una mala educación y el trato recibido, todos los perritos desean estar con su dueño. Cada raza tiene sus particularidades, unos son más nerviosos, otros más activos, territoriales… Realmente merecen ser tratados con el mejor de los cuidados, piden muy poco y lo dan todo. Simplemente con darles amor, comida y sacarles a pasear para jugar con sus colegas perrunos, te convertirás en su estrella más brillante del firmamento.

Perros de apoyo emocional (PAE)

El término Emotional Support Animals se popularizó hace ya unos años en Estados Unidos. Tenían la función de mejorar la calidad de vida y acompañar a personas con problemas psicológicos, tipo depresión, fobias, estrés postraumático, etc.

Debemos tener en cuenta que los perros guía no son lo mismo que los PAE. En el primer caso ayudan a personas que sufren discapacidad visual, motriz, auditiva, etc., y es necesario un adiestramiento específico. Los perros de apoyo psicológico, como su nombre indica, pueden asistir junto a sus dueños a sesiones de psicología, ya sea individual o grupal, favoreciendo la salud psicológica del paciente. En ocasiones también acuden a centros gerontológicos y acompañan durante un tiempo a nuestros mayores, generándoles un importante apoyo emocional.

Algunos de los beneficios que pueden generar los PAE, aunque realmente es prácticamente generalizable al resto de “peludos”, es ayudar a sobrellevar mejor el sentimiento de soledad, sobre todo en personas de edad avanzada que apenas reciben visitas de sus familiares, son viudos a no han tenidos hijos. En ocasiones permiten que su dueño experimente menos inseguridad y miedo, sobre todo si se vive solo o en zonas pocos habitadas.

Tener una mascota también es un incentivo para salir de casa y hacer más vida social, situación especialmente indicada en pacientes con depresión y fobia social. No podemos olvidar el efecto terapéutico de algunas razas en niños con retraso cognitivo y problemas de adaptación social, así como pacientes con problemas psicológicos mayores,

Perro con su dueña

¡De mayor quiero ser como mi perro!

Muchas veces no es necesario viajar al Nepal o cualquier otro sitio para conocer a ese sabio maestro que cambiará nuestra vida y nos guiará por el camino de la sabiduría y la rectitud. Ese sabio/os podemos encontrarlos más cerca de lo que pensamos. A veces solo hace falta detener el frenético ritmo de vida y observar. Nuestra querida mascota puede ser un ejemplo viviente de las virtudes que deberíamos tener los “animales” supuestamente más evolucionados. Por ese motivo me gustaría ser más parecido a mi perra.

Las virtudes de nuestros perros

Algunas virtudes a resaltar de otras muchas son:

1. Nunca nos van a traicionar. Podemos confiar en ellos al 100%  
2. Nunca se vengarán si les hacemos algo que no les gusta. No son rencorosos y siempre están dispuestos a abrirnos su corazón, a pesar de sentir miedo cuando no se les trata como se merecen
3. Nunca nos abandonarán. Son increíblemente fieles, siempre dispuestos a dar sin esperar nada a cambio
4. Tal vez su virtud más sobresaliente: son amor incondicional y sus ojos mantienen siempre una bella inocencia

Evidentemente es objetivo que los perros no tienen nuestra capacidad de razonamiento y lógica, sin embargo nos superan, como decía, en algo bastante más importante: su capacidad para amar incondicionalmente.

Aprovecho la oportunidad para revindicar el derecho de nuestras mascotas a ser protegidos para evitar caer en manos de personas despiadadas llenas de odio, que aprovechan su vulnerabilidad para infringirles daño físico y emocional.