El pintor que encontró su vocación entre barrotes
Un exinterno de El Acebuche organiza su primera exposición en Rusia Fue en la prisión donde desarrolló su arte y encontró un mundo propio y la "libertad"
Davidov Evgeniy ingresó muy joven en el centro penitenciario El Acebuche. Con apenas 23 años y prácticamente recién llegado a España, se vio encerrado en una prisión en la que permanecería durante siete años. Sin embargo, lejos de pensar en esa etapa como algo negativo, este treintañero, originario de la ciudad rus ade Voronezh, considera que es lo mejor que le pudo pasar porque allí descubrió su verdadera vocación: La pintura.
Y es que no todos lo saben pero El Acebuche cuenta con una sala de exposiciones, impulsada en gran parte por el impulso pintor de Davidov, lo que llevó al director del centro, Miguel Ángel de la Cruz, a habilitar un espacio adecuado para los internos que como él quisieran desarrollar su faceta más artística.
Davidov ha vuelto a su casa en Voronezh y ya prepara la que será su primera exposición. Sin embargo, Diario de Almería no ha querido dejar la posibilidad de hablar con él y conocer de primera mano la transformación que sufrió el joven a lo largo de su estancia en el presidio.
"No había pintado nunca, ni lo conocía ni me interesaba. No había podido estudiar. Empecé a hacer dibujos y retratos para ganarme la vida, me pagaban por adelantado y tenía que hacerlos bien porque ya había cobrado, así que le ponía todas mis ganas", relata Davidov, quien apunta que la idea de dibujar le vino de una revista sobre tatuajes, una chispa que prendió la posterior llama de su arte.
En este sentido, el artista asegura que optó por la pintura porque "quería ganarme la vida haciendo algo normal, sin meterme en líos". Empezó desde cero, casi sin referentes, aunque encontró un importante apoyo, sobre todo en el ámbito personal, en la figura de la pintora abderitana Charo Sánchez, quien aún custodia gran parte de su obra y con la que mantiene un contacto permanente.
En 2013 también conocería a Frans Wuytack, un escultor belga, afincado en Las Negras que ha recibido numerosos premios internacionales, que tras su salida de El Acebuche lo ha visitado en Rusica para ayudarle a organizar su primera exposición, proponiéndole a su vez realizar una muestra conjunta en Bélgica.
Pero antes de ese momento hubo trabajo, mucho trabajo. "Los primeros 400 dibujos a lo mejor eran malos, pero les dediqué mucho tiempo, durante toda mi condena hice un dibujo un día tras otro. Era como un reto. No tenía tiempo para perderme en el patio o en situaciones sin sentidos. Dediqué mi tiempo a evolucionar mi dibujo, ese era mi estímulo", asegura.
Sin pintores de cabecera, "casi todos son buenos", Davidov prosiguió incansable. Así, en 2012 fue cuando gracias a Miguel Ángel de la Cruz conoció a Charo. El director les propuso hacer una exposición dentro de la prisión pero al no existir una sala de exposiciones, fue creada expresamente "para culturizar a los presos, para enseñar". Por supuesto, como no podía ser de otra forma, hasta su salida de El Acebuche fue el responsable de la misma.
En 2012 también llegaría uno de sus grandes momentos. Davidov ganó un premio en la Exposición Nacional 'Presos de las Bellas Artes y Artesanía' de Barcelona gracias a un retrato al óleo de Nina, la hija de Charo, que ese año había sido elegida Miss Almería.
Fue entonces cuando conoció a la la Asociación Templarios de Jumilla, promotora de la citada Exposición, con los que volvería a repetir en 2013, en este caso en la capital almeriense, ya que el Patio de Luces acogió la muestra 'Presos de las Bellas Artes y Artesanía'. Davidov tuvo el privilegio de ilustrar el cartel anunciador de la exposición, seleccionando para ello el rostro de un Cristo.
Recuerda este momento con alegría pues fue la primera vez que pudo ver sus trabajos en televisión, aunque tuviera que hacerlo desde una celda.
Pincelada a pincelada, esfuerzo tras esfuerzo -aunque humilde asegura que dibujar es tan fácil como tener un lápiz y un papel-, la trayectoria artística de Davidov no dejaba de crecer y su estancia en El Acebuche se acercaba poco a poco a su final.
Antes, como se ha dicho, conoció a Frans Wuytack, durante la primera edición del taller 'Esculpir la Libertad". El belga vio la capacidad y buen hacer del ruso y el contacto se mantuvo, de forma que cuando recientemente acudió a Rusia para realizar una exposición, no dudó en llamar a Davidov, darle consejos y apoyo para la exposición que inaugurará a mediados de septiembre y ofrecerle otra juntos en Bélgica. Y pasear junto a él por la Plaza Roja de Moscú, donde el pintor hizo de guía de excepción.
No se puede olvidar que Davidov ha sido también el responsable de ilustrar el libro 'Historias y relatos de internos del Centro Penitenciario de El Acebuche de Almería', publicado por Arraez Editores.
Sea como sea, lo importante es que Davidov descubrió un "mundo que era sólo mío, al que acudo siempre que puedo y me permitió ser libre dentro de la prisión, desarrollando algo más que el pintar en papel. He descubierto la libertad gracias a la pintura".
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