La mirada zurda
Antonio Guerrero
¿Puede una IA tener conciencia?
Antes cuando llegaban estas fiestas dedicaba alguna columnas a recomendar o sugerir platos especiales, bien tradicionales recuperados y puestos al día, bien recetas refinadas de cocineros famosos. Hoy tiene poco sentido, casi nadie cocina en casa; como dice Juan Roig, el dueño de Mercadona, “en 2050 las casas se construirán sin cocina”. En consecuencia, está potenciando su sección de TAF (Take Away Food), negocio que no para de crecer, casi tanto como los gimnasios y los decoradores de uñas. Por cierto, el muy conocido y veterano de la plaza del Marqués de Heredia (antes “de los Burros”) se muda a la calle de Ricardos, al local donde estuvo el bar El Turia. Y hablando de Juan Roig, sorprende que les haya añadido a todos sus empleados siete días más de vacaciones, les haya dado una paga suplementaria, y no se haya arruinado Mercadona. Está dejando fatal a todos los analistas ultraliberales, políticos de similar ideología y asociaciones empresariales, que anuncian paro y cierre de empresas si se sube el salario mínimo al par de la inflación.
Vuelvo a lo mío, que es el comer decentemente. Ya que no traigo recetas para las cenas de Nochebuena o Nochevieja, me tendría que dedicar a recomendar bares y restaurantes donde celebrar las cenas festivas. O encontrar sitios recónditos donde tomar unas tapas o una comida como la del resto del año, en vez de los menús prefabricados para atender la avalancha de comensales de estos días. Total, que me toca seguir con los recuerdos de antiguos locales que fueron interesantes aunque no llegaran cuajar por distintos motivos.
Como me queda poco espacio me limito a citar dos de ellos que, además de antiguos, fueron tan efímeros que no encuentro fotos ni datos en los interneses. A ver si alguien tiene y me los presta. Se trata de El Pesebre y Brown, que estuvieron a pocos metros uno de otro. El Pesebre abrió a finales de los sesenta en la esquina de la plaza Masnou y la calle Murillo, en lo que fue una posada. En el patio de entrada había un pesebre o abrevadero de piedra para los caballos y mulos que motivó el nombre. Brown estuvo a finales de los setenta en la calle Real, donde hoy está el pub El Porrón. Más reciente -abrió en 1987- pero también muy breve fue Costa Costa, que ocupó la espléndida casa que hoy es la sede de Plataforma Publicidad. De este tengo un par de anécdotas muy jugosas y recuerdos de los otros dos. Continuará.
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