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Una de piratas y magia sobre el barco del Mago Cobra
El ilusionista se ha convertido, con los años, en un ídolo para los niños
Las actuaciones del Mago Cobra son de las que más expectación levantan en el programa municipal roquetero de cultura veraniega A Pie de Calle. Prueba de ello son los cientos de niños que se agolpan junto al escenario para disfrutar de su magia y que tras el espectáculo no se van hasta que sus padres, que lo han pasado tan bien como ellos, logran hacerles una foto junto a él. El Mago Cobra, que realmente se llama Cedric, nació en Lille, ciudad del norte de Francia. Lleva 14 años residiendo en Roquetas de Mar y conoció a su pareja cuando vino un verano a Almería. Le aconseja mucho, y gracias a ella ha sincronizado la música que suena durante su actuación con sus movimientos, logrando momentos impactantes. Cuando era aún más joven que hoy, se enganchó a la magia viendo la actuación de un compañero en Francia. Fue entonces cuando decidió que aquello era lo suyo. Hace casi 20 años que se dedica a la magia y unos 12 que es su profesión.
Define su trabajo "como una pasión. He tematizado, eligiendo un tema y trabajando los números, el decorado, la puesta en escena, el vestuario, la música, todo en relación al tema. Ahora mismo tengo dos espectáculos, Piratas y Aladino. El tema de Aladino lo elegí por la película de Walt Disney, y Piratas por un viaje que hicimos a Las Vegas donde vimos el hotel de la Isla del Pirata, que nos gustó mucho a mi novia y a mí, comenzando a trabajar con la proa del barco y los números de los pájaros. Antes yo hacía el espectáculo por un lado y la música por otro, pero mi novia Mamen me dio mucha caña y me insistió para que sincronizara la música con el espectáculo, y logramos que entre el efecto tanto por el ojo como por el oído, multiplicando el impacto sobre el espectador".
Piratas está totalmente relacionado con el mundo de la bandera negra de los huesos cruzados y la calavera. El Mago Cobra pone en marcha números con fuego, con un exótico guacamayo de precioso plumaje llamado Kiko, tórtolas, pañuelos, luces negras, efectos de nieve y levitación, etc. También baja del escenario varias veces para subir al escenario tanto a niños como a mayores, que participan del espectáculo de forma inolvidable para ellos. Les cambia las ropas, esconde sus pertenencias… no se puede contar, hay que verlo. Es un lujo contemplar el rostro de los niños mientras están con él. Entre número y número bellas bailarinas orientales dan tiempo al mago para preparar los nuevos efectos y recrean la vista del siempre sorprendido público.
Uno de los efectos más novedosos que pone en marcha en Piratas es "el número con una chica dentro de una caja atravesada por dos chimeneas y ocho espadas. Es bastante impresionante".
Los trucos son fabricados por los propios magos, que en ocasiones deben registrarlos para que no se puedan copiar impunemente, o comprar los derechos. El Mago Cobra tiene un taller en su casa para fabricar todos sus números, "todo lo que habéis visto en el escenario, como el cofre de las joyas, la jaula de las palomas, la proa del barco, el barril, es todo fabricación personal", afirma Mago Cobra, quien recuerda que comenzó en este fantástico mundo "cuando vi a un muchacho haciendo magia, me gustó, entré en contacto con él y con una tienda, consulté algunos libros y fui a una asociación en Francia donde se hacen congresos y empecé así poco a poco".
No preguntar a un mago dónde está el truco sería delito, y la respuesta es obvia, "el truco y la magia está realmente en lo que ve el público. La magia está allí, no está en otro sitio. Es una sugestión. Yo hago magia en el sentido que el espectador ve lo que ve y cree en lo que quiere ver". Actualmente prepara un show medieval.
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