"La playa sería un lugar maravilloso para hacer carreras de caballos"

Todo comenzó hace casi 20 años fruto de una ilusión familiar y una afición compartida. Hoy ya cuenta con la tercera y cuarta generación de dos potras de pura raza española adquiridas en Granada. Juan Carreño, propietario de la yeguada que lleva su nombre, aprendió de sus padres el amor a los caballos, decidiendo un día continuar ese sentimiento a través del Centro Ecuestre "como un sacrificio compartido para disfrutarlo con sentido familiar".

Ese amor inculcado a su hijo Juan Jesús hizo que éste decidiera cambiar el rumbo de su vida y dedicarse por entero "a esta bonita y dura profesión para ser feliz". Llegó el momento de acondicionar una finca en Benahadux, situada en el centro del triángulo formado por el puente de Rioja, el río Andarax y el frontón del pueblo; y comenzaron con dos caballos para dar clases.

El nivel de crianza en estos momentos es mínimo, afirma Juan Carreño. "Sólo hay cinco yeguas de cría porque el gasto es a veces insostenible. Sin embargo, se ha avanzado mucho en la escuela, que actualmente cuenta con más de 50 alumnos, entre niños y adultos, y en el pupilaje de caballos". Las cuadras acogen actualmente unos 50 ejemplares, de los que siete se dedican a clases, 12 para doma y cría, y unos 30 están en régimen de pupilaje, "por poco más de 100 euros al mes, un precio muy económico, teniendo en cuenta que todos los días se les cambia la cama y la mayoría de las cuadras cuentan con ventilador para hacer más soportable el calor veraniego".

El responsable de la Escuela de Equitación es Juan Jesús Carreño Martínez, que ha participado dos veces en el campeonato de España de doma vaquera y pronto afrontará el certamen de doma clásica. Experimentado en acoso y derribo, es profesor titulado y se recicla continuamente con el campeón de España. El Centro Ecuestre es pionero en hipoterapia aplicada a niños con problemas, e incluso adultos, y que cuentan con psicóloga y fisioterapeuta, con los caballos apropiados para este tratamiento.

Para Juan Carreño, Almería debe recuperar los coches de caballos como símbolo de ciudad romántica y lugar ideal para pasear. También considera que la playa sería un lugar magnífico para realizar carreras de caballos en colaboración con la Real Federación Hípica Española; y que se debería hacer una escuela de arte ecuestre como en Jerez o Viena. "Capacidad y jinetes hay para ello, y sería un valor turístico".