El primer bebé del año nacido en la Inmaculada tras una 'horita' de parto

Dos minutos después de la última uva de 2012 nacía Daniela en el hospital la Inmaculada de Huércal-Overa, el primer bebé de los tres que alumbraron en el hospital recién parido el año 2013. Oficialmente Daniela vio la luz a las cero horas y cuatro minutos porque el reloj del paritorio adelantaba dos minutos. A María Jesús y a Pedro, los padres de la criatura, les daba igual unos minutos antes o después, lo importante para ellos era que tenían su primer hijo, que todo había salido muy bien y que ayer marchaban para casa. "Como en casa, en ningún sitio", afirmaban los primerizos padres, "aunque hay que destacar el trato que hemos recibido en el hospital, ha sido espectacular. Lo mismo que se critica al Centro si algo sale mal, la verdad es que estamos muy contentos de cómo se han comportado desde la ginecóloga, la comadrona, las enfermeras, todo el personal". María Jesús Segura López y Pedro Ridao Zamora esperaban la visita del pediatra para coger el portante y a Antas, a un hogar que ahora tiene un lugar muy especial para Daniela, un bebé con prisa por pisar este mundo puesto que adelantó su alumbramiento. No quiso esperar hasta ayer martes, día previsto para provocar el parto.

A María Jesús tanto le daba el 2012 o el 2013, el caso era parir a su criatura, tenerla en sus brazos y darle el pecho. Pedro asistió al nacimiento de su hija, ni uvas ni gaitas, "cuando pusieron a la niña sobre la madre fue un momento que no podré olvidar en la vida. Afuera, los familiares, andaban de los nervios, tampoco tomaron las uvas, ya tendremos todos de tomarlas con una personita más en la familia". Nacer a final del 2012 o al principio del 2013 tiene su aquél. Por ejemplo, cuando Daniela tenga edad de ser escolarizada celebrará su cumpleaños en vacaciones y será un año mayor que sus compañeros. Esto, que parece una simpleza, empieza a notarse a partir de los seis o siete años. Eso dicen.

El mismo día que Daniela nacía y sin que ella lo supiera, alguien en las alturas terrenales le alargaba la vida laboral a la par que le ampliaban los años de cotización.