Siete años y medio de prisión por pedir favores sexuales a 10 menores

La Fiscalía ha rebajado de 36 a siete años y seis meses de prisión la pena interesada para José Manuel Y.S., quien reconoció ayer ante la sala haber inducido a la prostitución a diez menores de edad, con quienes contactó a través de Internet y a los que solicitó favores sexuales a cambio del pago de cantidades que oscilaban entre los 5 y los 50 euros.

El acusado mostró conformidad con la petición del Ministerio Público durante la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal número 1 de Almería a la espera de que se resuelva, en un juicio previsto el próximo viernes, su responsabilidad con respecto a dos víctimas más con las que, según su testimonio, no llegó a concertar cita en persona.

Según informó el abogado del turno de oficio que ejerce la defensa de José Manuel Y.S., el fiscal cambió el escrito de calificación provisional, por el que pedía tres años de cárcel por cada uno de los 12 delitos de corrupción de menores que le imputa, y estimó los hechos constitutivos de un delito tipificado en el artículo 187.1 del Código Penal en relación con el artículo 74, lo que supone la rebaja de la condena interesada inicialmente.

El hombre, de 36 años y vecino de Roquetas, fue detenido en abril de 2009 por agentes de la Guardia Civil después de la denuncia interpuesta por una mujer del entorno de dos de las víctimas después de que ésta descubriese en los ordenadores utilizados por ambos indicios de que mantenían conversaciones de índole sexual con un posible pederasta. Tal y como consta para el Ministerio Fiscal, José Manuel Y.S., quien se ganaba la vida ejerciendo la mendicidad en mercadillos y zonas comerciales de Roquetas de Mar, mantenía conversaciones a través de chats con los adolescentes, con edades que oscilan entre los 13 y los 17 y de ambos sexos, en las que lograba a ganarse su confianza y así obtener información sobre ellos.

Tal y como consta para el Ministerio Fiscal, José Manuel Y.S., quien se ganaba la vida ejerciendo la mendicidad en mercadillos y zonas comerciales de Roquetas de Mar, mantenía conversaciones a través de chats con los adolescentes, con edades que oscilan entre los 13 y los 17 y de ambos sexos, en las que lograba a ganarse su confianza para así obtener información sobre los menores y acceder a ellos.