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La procesionaria ya mete miedo en Almería

  • Cientos de pinares languidecen y mueren en la provincia tras varios años de ‘acoso’ de esta oruga, que los está debilitando desde hace una década

Las bolsas que la procesionaria construye en los pinares son su refugio.

Las bolsas que la procesionaria construye en los pinares son su refugio. / DDA (Almería)

Este diario lleva casi una década contando lo mismo año tras año. Y contar lo mismo no significa que todo siga igual, que también -en algún sentido-, sino que todo empeora. Y empeora porque el daño que la procesionaria produce en los pinares hace que estos se debiliten hasta el punto de que cualquier mínima enfermedad los termine secando. Y mueren.

Y esto está pasando en toda la provincia, pero especialmente en la Sierra de los Filabres, la Comarca del Nacimiento y Sierra Nevada.

Y es que, aunque se asegura que se está actuando, es más que posible que la ayuda esté llegando tarde para miles de ejemplares. Recientemente, el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, aseguró que “el Plan de Seguimiento de la Procesionaria está activo y participa no solo la Consejería de Medio Ambiente, sino también otros departamentos de la Junta de Andalucía. Este año, conscientes del problema existente hemos retomado los tratamientos contra la procesionaria que llevaban un tiempo sin producirse y esperemos que den resultado”.De la misma forma, añadió que “el plan de seguimiento nos hace estar vigilantes para poder actuar con la mayor celeridad posible”.

Procesión de orugas por los suelos de la provincia. Procesión de orugas por los suelos de la provincia.

Procesión de orugas por los suelos de la provincia.

La procesionaria debería aparecer entre febrero y abril, pero las temperaturas suaves del otoño, pero también del invierno en los últimos años, alargan el periodo de vida de esta oruga, empeñada en matar pinares.

La Junta de Andalucía ha comenzado a actuar de forma preventiva, en concreto con actuaciones en 200 hectáreas en los Filabres y Sierra Nevada. Ha actuado en Olula del Río, la Casa Forestal de Abla y la carretera de subida a Ohanes, según han detallado fuentes de la Delegación de Medio Ambiente.

Pero Almería está plagada de procesionaria de punta a punta. La provincia suma años con escasas precipitaciones. Y, al mismo tiempo, un clima que provoca que las estaciones templadas se alarguen en el tiempo. El verano gana espacio y, por tanto, sus temperaturas características. Y eso trae consigo una serie de modificaciones en el ciclo de vida de las plantas y, también, en el de los animales.

Pinos plagados de bolsas de orugas en la Sierra de los Filabres. Pinos plagados de bolsas de orugas en la Sierra de los Filabres.

Pinos plagados de bolsas de orugas en la Sierra de los Filabres. / DDA (Almería)

El aumento de la temperatura media del clima y la falta de precipitaciones es problema y a la vez consecuencia, pues da lugar a ‘invitados’ que años atrás aparecían durante sus meses habituales y se marchaban, como la procesionaria, pero ahora alargan sus estancias debido a que el clima acompaña a sus característica de vida, caso de la procesionaria. Las repoblaciones de la provincia (un 85% de toda la plantación de pinar que existe), la sequía y, durante los últimos años, unos inviernos con temperaturas suaves les están viniendo como anillo al dedo; anticipan y alargan su reproducción.

 En Almería, la procesionaria está presente en toda la provincia, desde el Nacimiento hasta Los Vélez, aunque es en la Sierra de Los Filabres donde se ha hecho más fuerte. El pulmón de la provincia de Almería sufre la peor plaga que ha registrado. Hay pinos con hasta con medio centenar de nidos. Y durante el verano, época mas propicia para la procesionaria, el número era incluso mayor.

A Sierra Nevada le está sucediendo exactamente igual. “La falta de inviernos fríos y las sequías en Sierra Nevada está intensificando la actividad de este insecto causante de la pérdida de hojas y de la progresiva debilitación de los pinares. Actualmente, la plaga amenaza a gran parte de los bosques mediterráneos, especialmente en España, donde casi la mitad de los bosques están formados por coníferas. “Además de representar un factor de debilitamiento de los bosques, la procesionaria causa urticaria y puede suponer una amenaza para la salud pública”, explica desde el proyecto Life Adaptamed.

Entre los lepidópteros defoliadores forestales, la procesionaria es la especie que ha experimentado un mayor desplazamiento hacia cotas más altas en Sierra Nevada, alcanzando en la actualidad pinares situados a 2300 m de altitud. En cambio, los depredadores de sus huevos, que podrían contribuir a controlar sus poblaciones, no han alcanzado una capacidad de adaptación similar a las cotas más altas. Esto, unido al carácter generalista de sus principales depredadores (los saltamontes y las aves insectívoras forestales) y a la débil respuesta química de los pinos tras la defoliación, permite predecir un aumento de las defoliaciones por procesionaria en los próximos años.

Características

Reconocible por sus llamativos nidos de seda blanca instalados en los lados soleados de los árboles, la procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) es un lepidóptero cuyas larvas se desarrollan durante el invierno. Si durante esta estación no se alcanzan temperaturas lo suficientemente bajas, el número de larvas supervivientes resulta ser mucho mayor.

El efecto combinado del aumento de la temperatura y de la disminución de la humedad del suelo como consecuencia del aumento de las sequías, puede llegar a adelantar la emergencia de las polillas, ampliando el alcance y la virulencia de la plaga.

Yasmina Domínguez Cardona, veterinaria y vocal clínica del COLVET Almería, explica que “la Procesionaria del Pino es un insecto defoliador con gran apetencia por el pino. Las orugas que forman una cadena desplazándose por el suelo son las larvas de este insecto y están cubiertas de pelos urticantes que provocan reacciones alérgicas importantes”, y puntualiza que “estos pelos, además, causan su efecto de forma prolongada, porque se clavan en la mucosa afectada. Por eso, es importante conocer su ciclo vital para aprender a evitarlas”.

En definitiva, la procesionaria puede matar a un árbol si año tras año le hace daño y puede poner en riesgo la vida de una mascota si esta no se encuentra en muy buen estado de salud. Y en Almería ya están dando los primeros casos. Como muestra, este ejemplo que expone la Clínica Veterinaria Alquián, con un perro afectado: ”Mucho cuidado con la procesionaria, ya hemos comenzado a ver los primeros casos. Si se nota inflamación en la lengua o los labios, salivación profusa o gestos de dolor y molestia en la cara de nuestro perro después del paseo, acudid con urgencia a la clínica veterinaria mas cercana. Instaurar el tratamiento lo antes posible es fundamental para evitar lesiones de gravedad”, explican.

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