La provincia se ha convertido en los últimos meses en el punto más caliente de los flujos migratorios irregulares de la península. Desde comienzos del verano el drama de las pateras que logran tocar tierra o acaban naufragando atraviesa uno de sus peores momentos de la historia reciente de Almería con un incesante goteo de embarcaciones de la ruta argelina que completan trayecto y un alarmante incremento de los cadáveres aparecidos en la costa.

El resumen mensual de Eurosur de la Guardia Civil en septiembre ha contabilizado un total de 1.340 inmigrantes interceptados en 110 lanchas y pateras en municipios almerienses, sobre todo en los del litoral del levante, el registro más alto del país, solo superado en actividad por el de la Comandancia de Las Palmas. Durante septiembre creció un 62% el número de inmigrantes irregulares en Almería y un 37% la de las pateras taxis en relación al mismo mes del ejercicio anterior.

En esta radiografía de los flujos migratorios irregulares en España a la que ha tenido acceso Diario de Almería se constatan jornadas en las que se ha alcanzado una docena de interceptaciones marítimas (el 17 y 18 de septiembre) y también se pone de manifiesto que ha sido la provincia con la cifra más elevada de embarcaciones interceptadas en línea de tierra, acaparando una mayoría de las 162 pateras taxi que se localizaron una vez que se habían internado en la costa. Sin embargo, son muchas más las que completan su itinerario sin oposición porque la imparable ola argelina de lanchas y barcos de cierta potencia que están orquestando casi a diario las mafias está desbordando las capacidades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en una provincia castigada por su situación geoestratégica preferente para las nuevas rutas de la inmigración clandestina.

Jóvenes argelinos en las instalaciones del CATE en el Puerto de Almería

El cómputo anual de migrantes irregulares interceptados al cierre de septiembre se eleva hasta los 5.023 superando ampliamente los 3.943 contabilizados en el mismo periodo del año anterior. La cifra, a falta todavía de los datos de octubre, noviembre y diciembre, supone el 18% del total nacional y lidera la estadística peninsular tan sólo por detrás de Las Palmas con más del doble. Según el informe Eurosur, en la Comandancia de Murcia han puesto a disposición judicial a 2.853 inmigrantes que se habían interceptado en pateras, 1.773 en Baleares, 1.203 en Algeciras, 1.045 en Melilla, 812 en Granada, 694 en Alicante y 671 en Cádiz.

En España han sido 26.539 personas en 1.552 embarcaciones durante los nueve primeros meses del año, lo que se traduce en un aumento del 52% respecto al mismo periodo de 2020. De los 5.023 inmigrantes que se han trasladado al Centro Temporal de Atención a Extranjeros (CATE) del Puerto de Almería por agentes de la Guardia Civil y en ocasiones en las operativas de rescate de buques de Salvamento Marítimo, 4.175 eran argelinos, 701 marroquíes y 38 de origen subsahariano.

En el resto del país, por la distinta actividad de las mafias y rutas alternativas a la de Alborán, no se da tanta diferencia y la proporción según el origen es la siguiente: 37,9% argelinos, 35,8% marroquíes y 25,15% subsaharianos. La provincia no ha dejado de recibir desde el verano oleadas de pateras taxi con descargas masivas de hasta 500 personas en menos de 72 horas como ocurriera, por ejemplo, entre el 6 y 9 de mayo.

Embarcaciones con inmigrantes interceptados en línea de tierra

Del 18 al 19 de septiembre fueron auxiliados por los equipos de respuesta inmediata ante emergencias de Cruz Roja 376 inmigrantes y en la última semana de septiembre, entre lunes y miércoles, otros 380. Esta permanente avalancha de lanchas y embarcaciones viene generando situaciones puntuales de colapso en el CATE del Puerto de la capital que en ocasiones ha forzado desplazamientos en autobuses y furgones a los CIE de Algeciras y Barcelona, así como a instalaciones de Málaga y Motril.

Los cálculos de agentes y organizaciones humanitarias como CIPIMD sobre los inmigrantes que llegaron a tierra fuera de control estiman que podrían como mínimo duplicar, e incluso triplicar, la estadística oficial del Ministerio del Interior. Los inmigrantes llegados en patera a la provincia por año de mayor presión migratoria fueron 2018 con 12.327, 2019 con 6.489 y 2020 con 5.421. Posiblemente el ejercicio en curso se incorpore al podio de los años con más inmigrantes interceptados. Entre 2011 y 2021 llegaron a la provincia en patera 41.895 inmigrantes y más de 58.000 desde 2006. Entre los años 2006 y finales de septiembre de 2021 han sido más de 58.000 los inmigrantes que han llegado a la provincia de manera irregular bajo custodia policial, es decir, interceptados en pateras y otros tipos de embarcaciones en su intento de llegar a costa.

Este drama humanitario de los flujos migratorios fluctúa tanto en los vaivenes de la estadística anual como en el modus operandi y desde hace un par de años los traslados están en manos de las redes y mafias, principalmente de Argelia, que han cambiado las pateras de goma por lanchas y pequeñas embarcaciones de gran potencia. Ahora llegan más con menos inmigrantes, en torno a una quincena por viaje, además de que suelen alcanzar la costa al no disponer la Guardia Civil de medios suficientes para responder a las oleadas nocturnas.

Una de las lanchas encontradas sin tripulantes en las playas de la provincia

Han evolucionado de las grandes infrapateras atiborradas de subsaharianos, embarcaciones precarias y neumáticas con viejos motores de barcos de pescadores, a rápidas y pequeñas lanchas que transportan entre cinco y diez argelinos promovidas por redes que trafican con personas a las que cobran una media de 3.500 euros por trayecto y que en algunos casos están ligadas a actividad ilícitas como el tráfico de estupefacientes.

“Somos la esquina de toda la Unión Europea de mayor presión migratoria”, reconocía hace unos días el subdelegado del Gobierno en Almería, Manuel de la Fuente, que ha reclamado al Ministerio un refuerzo policial para afrontar una “situación especial”. Asociaciones de Guardia Civil y Policía Nacional no han cesado en su demanda de más medios materiales y humanos para afrontar la crisis, pero a Almería solo llegan pateras y cadáveres.