Almería

Los retrasos de más de media hora del tren Almería-Sevilla aumentan en un 471%

  • De los 7 que se produjeron en 2016 se ha pasado a los 33 del año pasado

  • Los cuatro transbordos y los autobuses que hay que utilizar para llegar al destino, en parte culpables

El transbordo entre Pedrera y Osuna seguirá activo a pesar de que hace un mes que terminaron las obras.

El transbordo entre Pedrera y Osuna seguirá activo a pesar de que hace un mes que terminaron las obras.

La línea entre Almería y Sevilla en tren es la que más incidencias y retrasos acumula de todas las que unen los distintos puntos de Andalucía. Además, con una diferencia desorbitada. Los retrasos de más de media hora han aumentado en el recorrido hasta la capital andaluza en un 471% durante los tres últimos años, pasando de 7 a 33 en 2018. En la actualidad, se tarda casi siete horas en completar el recorrido.

Son datos oficiales proporcionados por el Congreso de los Diputados tras una pregunta planteada por el Grupo Popular. Y no quedan registrados todos los retrasos o averías, si no aquellos que han superado la media hora de demora. Todo esto ha tenido su consecuencia, y es que la línea ha perdido más del 90% de sus pasajeros en los últimos años.

En cierta medida, es lógico que las dilaciones se acumulen, y es que para llegar a Sevilla (desde Almería) hay que realizar cuatro transbordos. Y aunque los defectos suelen ser más cotidianos en la línea con Madrid, es en los viajes a Sevilla donde se ha perdido casi la totalidad de los usuarios. El recorrido dura siete horas, tiene cuatro transbordos y se viaja en dos trenes y tres autobuses. Desde Almería, el primer paso no es subirse en tren, ni mucho menos. Las obras de soterramiento de vías que se están realizando en el paso a nivel de El Puche impiden llegar los trenes hasta la capital, así que hay que desplazarse en autobús hasta Huércal de Almería, donde se ha creado una estación provisional.

En Almería, por tanto, se coge la lanzadera que une a los viajeros con Huércal de Almería, ahí comienza el viaje en tren hasta Granada. Una vez allí, otra vez al suelo. Ya es la segunda vez que hay que echar pie a tierra. El asunto comienza a ser poco soportable. Toca coger un autobús hasta Antequera (Málaga), donde se hace transbordo con otro autobús que los conduce hasta Osuna (Sevilla), debido a la rotura y reparación de vías en Osuna y Marchena, para, una vez allí, tomar finalmente el tren. Tras tres autobuses y dos trenes distintos, se está cerca de llegar a la estación de Santa Justa. Y luego, la vuelta. Otras siete horas.

Existen ejemplos que sobrepasan la dignidad ferroviaria. Como el sucedido el pasado 11 de mayo, cuando el tren talgo que circulaba desde Madrid a Almería se detuvo en Toledo por una avería técnica y acumuló más de dos horas de retraso. Renfe tuvo que enviar una locomotora para reemplazar a la averiada y finalizar el trayecto hasta Almería capital.

El pasado 24 de mayo, más de 70 pasajeros se vieron afectados por otra avería. Los usuarios apenas pudieron salir de Huércal de Almería en tren debido una avería en la cabeza tractora. Los viajeros tuvieron que coger un autobús hasta Linares, sumando horas de viaje al trayecto de estos 70 pasajeros. El 8 de mayo, una demora por motivos técnicos en la locomotora provocó un retraso de tres cuartos de hora en el recorrido entre Almería y Madrid.

Almería es la provincia andaluza en la que menos se utiliza el tren. Y también es la que más pasajeros ha perdido desde la entrada del siglo XXI. En el año 2.000, la provincia contaba con un total de 240.000 usuarios, pero la cifra ha caído a más de la mitad. Los últimos datos disponibles en el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía sitúan el número de usuarios en 107.000. Y los números no paran de caer.

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