Los profesionales de la sanidad almeriense han sido el principal escudo de la provincia en la lucha contra la crisis del coronavirus y sus dos años de batalla contra la pandemia, en la que han realizado un esfuerzo sin precedentes cuando oleada tras oleada se disparaba la estadística de contagios colapsando el sistema sanitario público andaluz, los han pagado a un precio muy alto. Nada menos que 4.306 bajas médicas laborales y expedientes de incapacidad temporal asociados a los positivos por el virus SARS-CoV-2 o al aislamiento por contacto estrecho o sospecha de infección ha tramitado la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía en Almería.

La administración andaluza ha confirmado a este periódico que entre principios de marzo de 2020 y el 14 de enero de 2022 han sido 3.158 bajas entre los profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en la provincia y otras 1.148 en los hospitales de alta resolución de El Toyo y el de Poniente. En cuanto a los expedientes del personal del SAS, un total de 1.453 se corresponden con los diagnosticados de COVID-19 (U07.1 y B34) y 1.705 a los partes de aislamiento por contacto o sospecha (Z20.822 y Z20.828), así como en una mínima proporción por incapacidad temporal de trabajadores especialmente sensibles (Z29.8).

El análisis de las cifras de la Subdirección de Inspección de Servicios Sanitarios a las que ha tenido acceso este periódico también estructura en la siguientes categorías: 312 partes de incapacidad temporal debido a un accidente de carácter laboral, 2.845 asociados a una enfermedad común y 1 por una enfermedad profesional. La estadística de las bajas de la plantilla del SAS no recoge el desglose por años ni por olas epidémicas, al contrario que los facilitados a este medio por la extinta Agencia Pública Sanitaria Poniente que contabilizó 651 partes en 2020, 303 en 2021 y 194 durante las dos primeras semanas de enero de este año. Es evidente que el avance de la sexta ola ha sido el más perjudicial para las plantillas de los hospitales y centros sanitarios y en la provincia, según ha confirmado la Delegación Territorial de Salud y Familias, han sido 340 profesionales de baja entre los días 1 y 14 del pasado mes, de los que 76 pertenecen al área de gestión sanitaria norte.

Hace precisamente un año, a finales de enero de 2021, cuando arreciaba la quinta ola eran 87 los profesionales sanitarios que habían solicitado la incapacidad temporal por contagio o aislamiento en prevención del coronavirus. En abril cayeron los positivos entre el colectivo de la bata blanca un 86% con la vacunación de la práctica totalidad de las plantillas. Y con la sexta ola han vuelto a repuntar, triplicando en enero los datos de meses anteriores debido a la explosión de contagios que ha vivido la sociedad en su conjunto. En Andalucía han sido 4.865 las bajas en la primera quincena del año, de las que un 33% han afectado al colectivo más castigado en la pandemia que es el de la enfermería. A continuación estarían los fisioterapeutas y técnicos de cuidados auxiliares (TCAE), los médicos y el personal de gestión y servicios.

El fuerte tirón de los contagios del último mes ha requerido una mayor capacidad de respuesta de las unidades de prevención de riesgos laborales y vigilancia de la salud de los centros sanitarios que se han visto reforzados para no poner en riesgo la asistencia sanitaria. El delegado territorial de Salud y Familias, Juan de la Cruz Belmonte, ha indicado que el número de trabajadores del sistema sanitario público en Almería ha pasado de 6.625 de junio de 2018 a 8.512 en la actualidad, lo que significa un incremento del 26%. “Estamos haciendo un esfuerzo muy grande”, comentaba hace unos días al ser preguntado por la difícil situación que están atravesando los centros de atención primaria con la variante ómicron. La administración agradece el sacrificio de los sanitarios que no han bajado la guardia a pesar del cansancio acumulado desde el comienzo de la pandemia.

Almería sigue siendo una de las provincias andaluzas en las que no se ha registrado ninguna muerte en el colectivo de los héroes de la bata blanca por la infección del coronavirus, si bien algunos profesionales han permanecido luchando por su vida durante meses en las Unidades de Cuidados Intensivos. La misión que se les ha encomendado en esta crisis planetaria pasará a la historia, así como el esfuerzo sin precedentes de estos sanitarios que han demostrado sobradamente su capacitación y resiliencia ante el fatalismo. Sus testimonios y experiencias en estos 24 meses de pandemia evidencian el gran reto que han afrontado para frenar y neutralizar los estragos del virus, el más complejo de sus trayectorias, y los permanentes sacrificios, tanto laborales como familiares, que han tenido que hacer en tiempos de conmoción y necesidad.