El conflicto de los taxistas piratas sigue vigente en la estación Intermodal de Almería. Su presencia se había incrementado durante las últimas fechas, así que los taxistas legales comunicaron su malestar a la administración local, que respondió situando patrullas en la zona como medida de control de los ilegales.

El operativo permanente que la Policía Local mantiene con los taxistas permite desplegar la presencia de agentes cuando la situación empeora. Y ese es el caso. Pero la vigilancia y actuación de los agentes no significa, ni mucho menos, que la presencia de los piratas desaparezca ni a corto ni a largo plazo.

De hecho, en cuanto la Policía Local abandona la zona, los piratas vuelven a hacer acto de aparición.  En realidad, nunca se van. Varios de ellos permanecen en las inmediaciones de la zona; lo hacen junto al edificio de Alcaldía o al lado de la gasolinera. No solo están pendientes de que los agentes se marchen, también siguen haciendo, desde la distancia, su trabajo como captadores de clientes. Se vigilan mutuamente.

Lo cierto es que no es tan fácil tomar medidas contra los taxistas piratas. Por estar en las inmediaciones de la estación Intermodal, nada se puede hacer. Los agentes deben coger ‘in fraganti’ a los piratas mientras realicen labores de transporte de personas, y aunque ha sucedido en alguna ocasión, los piratas se cuidan de que esto suceda, más aún con la presencia de los agentes.

Es entonces cuando se puede iniciar el proceso para inmovilizar el vehículo y dar un golpe de interés a la banda.

De ahí que los piratas, que situaron su modo ilegal de ganar dinero junto a la Intermodal hace años, haya sobrevivido al paso del tiempo.

En Almería hay taxis piratas en tres zonas, aunque la mayoría se encuentran en la estación de autobuses, también se desplazan hasta el aeropuerto, aunque en menor cantidad para no levantar sospechas. También trabajan en la estación marítima, esperan a que lleguen los barcos de Nador, Melilla u Orán, cogen a los clientes y permanecen poco tiempo en la zona.