Las 400 terrazas que los bares de Almería mantienen abiertas harán cierre en enero, si la situación de pánico que ha generado el decreto andaluz sobre espectáculos públicos y establecimientos de ocio no termina de aclararse. O, lo que es lo mismo, no conlleva la renovación de licencias o, al menos, a la garantía de permisos provisionales que permitan a los hosteleros continuar con su actividad hasta que sean aclaradas las directrices de la Junta de Andalucía que ha de seguir el Ayuntamiento de Almería. En un año, además, clave para la ciudad como sede de la Capitalidad Gastronómica, cuyo blasón será entregado, precisamente, en enero.
El decreto fue aprobado en agosto, pero no ha sido hasta el momento de remitir al Consistorio la solicitud de licencias cuando la hostelería se ha encontrado con las dificultades que el Ayuntamiento asegura tener para poder renovar las autorizaciones, con el decreto andaluz en vigor y en la mano. En concreto, por el artículo 11 de la discordia que, según explica el concejal de Desarrollo Urbano y Vivienda, Miguel Ángel Castellón, hace ahora mismo inviable la renovación de los permisos, ya que estos están supeditados al cumplimiento de los “objetivos de calidad acústica”. Y han de cumplirse ya. ¿Y cómo silenciar al mínimo de una conversación entre dos personas el ruido de una terraza?
Esta es la raíz del problema que se expande por la indefinición que denuncian tanto los hosteleros como el propio Ayuntamiento, y que ha llevado a la patronal (Ashal), a reunir este miércoles a más de un centenar de asociados. No en vano, en muchos casos, el 40% del volumen del negocio lo aportan las terrazas. Sobre las conclusiones de la asamblea, Ashal remitió ayer un comunicado en el que expone en su último párrafo la celebración de un cierre de las terrazas en enero como medida de protesta, fecha en la que está prevista que Almería reciba el blasón de la Capitalidad Española de la Gastronomía. “Confiamos en que no sea necesario tener que llegar a movilizarnos porque este año se ha hecho un gran esfuerzo conjunto y no parece razonable que la Capitalidad ahora pueda verse empañada por una falta de entendimiento entre administraciones, pero ASHAL debe defender ante todo los intereses del sector”, que “se están viendo seriamente dañado por no clarificarse la normativa”.
Exigen por ello a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento que se “se pongan a trabajar de forma coordinada para que la Capitalidad Gastronómica se puede celebrar sin problemas”. Piden la suspensión provisional del decreto “hasta tener una interpretación clara del mismo y que se garantice la renovación de las licencias el próximo año. Quieren tener los términos claros antes del 15 de diciembre por parte de la Junta al objeto de que el Ayuntamiento les renueve las licencias. Si no es posible, proponen una acuerdo entre administraciones para que las terrazas estén operativas al menos de forma provisional, mientras se van acometiendo las adaptaciones que sean necesarias.
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