Los trece etarras de El Acebuche no se acogerán a la reinserción

Ninguno de los trece presos de la banda terrorista ETA que cumplen su condena en el centro penitenciario de El Acebuche, se acogerá a las nuevas medidas puestas en marcha por el Gobierno para lograr la reinserción de los terroristas. Fuentes penitenciarias consultadas por Diario de Almería aseguran que ninguno de ellos tiene previsto formar parte del plan especial anunciado ayer por el ministro del Interior, por lo que rechazan cualquier medida de rechazo a la violencia.

Pertenecen la mayoría de ellos al sector duro de los presos de la banda terrorista. Sobresalen entre ellos las figuras de Ignacio Erro, uno de los etarras que más tiempo lleva entre rejas y que fue hospitalizado con un problema cardíaco; Ignacio Cruchaga, el asesino del político socialista Ernest Lluch en la Ciudad Condal cuando formaba parte del Comando Barcelona o Fernando del Olmo Vega, condenado por tres asesinatos y uno de los afectados por la Doctrina Parot que tenía prevista su salida de la cárcel este mismo año, pero que el Constitucional no le amparó en la aplicación de la misma, por lo que deberá permanecer entre rejas al menos hasta el año 2020.

Junto a ellos sobresalen parte de los recientemente detenidos por pertenencia a los grupos de la kale borroka (violencia callejera) como Xabier Arregui, el último en llegar al centro penitenciario almeriense, Olatz Eguiguren o Martín Echegaray.

Todos ellos forman parte del denominador común de los internos de ETA en todas las prisiones nacionales, es decir, un grupo de presos veteranos consciente de que si no se negocia con el Gobierno no saldrán de prisión salvo siendo unos ancianos y otras más jóvenes aún no curtidos en los ambientes carcelarios que se muestran contrarios a la solicitud de medidas de gracia.

A pesar de que fuentes penitenciarias han descartado que, al menos de momento, algunos de los primeros puedan llegar a solicitar su entrada en este plan, no se descarta que los más veteranos tengan algún gesto que les permita al menos cumplir sus condenas en un establecimiento más cercano al País Vasco de los que se encuentran ahora. Esta misma postura se da en los distintos centros penitenciarios de la comunidad autónoma andaluza, donde se encuentran los presos menos proclives a adoptar medidas que supongan una ruptura con las tesis defendidas por ese núcleo duro de la banda etarra. Precisamente su situación en las cárceles andaluzas es fruto de esas medidas de alejamiento que han hecho verdadero daño al antaño uno de los pilares fundamentales de la estrategia terrorista como era el denominado frente de makos.