Cuando las vacaciones se convierten en tu peor pesadilla: fraudes en el alquiler de viviendas
La mayoría de operaciones se realizan online y requieren de una especial cautela. Diario de Almería tiene acceso a tres casos denunciados en menos de una semana en localidades costeras del levante
Allanamiento de viviendas en mínimos, la okupación cambia el método en Almería
El 27 de junio, un joven de 29 años accedía a través de internet a una plataforma de alquiler vacacional para buscar una vivienda unifamiliar en la que disfrutar de una semana de verano en la playa. El propietario lo derivó a otro enlace de internet, alegando que ese portal cobraba comisiones de servicio que podrían evitar para que resultara más económico, y fijaron un pago de 1.400 euros por una semana de vacaciones en el levante almeriense. Cuando llegó el momento de materializar la transacción con una tarjeta de crédito, le saltó un mensaje que indicaba que para pagos superiores a mil euros debería realizar una transferencia bancaria a un número de cuenta que le indicaba esa notificación. Realizó el abono de la reserva y cuando se completó el anuncio del alquiler había desaparecido de la web, al igual que su dinero, porque era una estafa en toda regla. De hecho, la víctima del engaño localizó posteriormente fotos de la vivienda que le iban a alquilar y se trataba de un inmueble que sus legítimos propietarios tenían puesto desde hacía tiempo a la venta. Pero ya era tarde.
Dos días más tarde, también a través de una aplicación de internet, un hombre de 33 años trató de alquilar una habitación en un piso compartido. Le facilitaron un número de teléfono y formalizaron el contrato de alquiler con mensajes de audio sin indicar en ningún momento la dirección del alojamiento. La víctima le remitió toda la documentación y le realizó un Bizum de 310 euros y, una vez pagado, no pudo volver a contactar con el estafador al que nunca llegó a conocer en persona. Otro caso reciente, del 23 de junio, es más rocambolesco aún. Un joven de 27 años alquiló un piso para un periodo de tres meses con opción incluso de renovar el contrato por más tiempo. Quedó con el supuesto propietario en la vivienda y cerraron el acuerdo. Seis días después acudió a una nueva cita para pagar en efectivo lo acordado y alojarse en el inmueble y un representante de su interlocutor fue el que le facilitó el acceso. El 4 de julio se presentó en la vivienda el verdadero propietario que quedó completamente estupefacto ante lo ocurrido y denunciaron los hechos estafado y legítimo dueño.
Son sólo tres casos recientes que se produjeron en menos de una semana a finales del pasado mes en municipios costeros del levante almeriense. Las vacaciones estivales se han convertido en una auténtica pesadilla para estos tres estafados que presentaron su correspondiente denuncia en los puestos de la Guardia Civil de Almería. Y cada verano son cientos de afectados por una actividad fraudulenta al alza. El modus operandi habitual, según revelan los agentes de la investigación policial, es utilizar un anuncio que ya existe y reemplazar el teléfono o correo o directamente crear uno nuevo con datos ficticios. El alquiler ya no es lo que era con la irrupción de las nuevas tecnologías y es necesario extremar las precauciones ante un nuevo escenario de comercio electrónico en el sector turístico que incrementa las posibilidades de ser víctima de un fraude: viviendas promocionadas que no existen, con características que no se corresponden o cuya ubicación no es la anunciada.
"Antes los turistas se desplazaban al lugar de sus vacaciones y comprobaban con el propietario que todo estuviera en orden antes de hacer el alquiler, pero ahora todo se canaliza a través de las grandes plataformas de internet", explica Antonio Ballesteros, responsable del Servicio Educación y Promoción Personas Consumidoras de la Junta. A pesar de que los portales están regulados y realizan un férreo control sobre los usuarios, especialmente de los anfitriones, siempre hay personas que ofrecen salirse del circuito establecido en las plataformas oficiales y es ahí donde hay que estar más vigilantes que nunca. Consumo pide cautela con el dinero que se entrega previamente, así como con los datos bancarios e información privada que se comparte, sin contrastar las ofertas y las opiniones de otros usuarios. "Yo quiero que me entregue las llaves, nada de por correo ni a través de un tercero", añade Ballesteros.
En este sentido, recuerda que hay que quedarse con toda la documentación (facturas, contrato, folletos, copia del anuncio, pantallazo de la web, mensajes recibidos si se realiza por teléfono...) y que el pago incluye todos los servicios porque hay propietarios que intentan aplicar cargos adicionales relacionados con los suministros básicos del inmueble (agua, electricidad o basura). "La mejor herramienta es la información, es mejor prevenir que curar, porque aún presentando la denuncia es muy difícil recuperar el dinero", argumenta este organismo que se encarga de alertar y fomentar la prevención porque las denuncias por este tipo de fraudes las canalizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Tampoco pueden internvenir cuando se realizan un contrato de arrendamiento alegal entre particulares. Eso sí, la Dirección General de Consumo sí se encarga de tramitar las reclamaciones en el caso de que las viviendas ofertadas no reúnan las características del anuncio.
Cómo identificar una ciberestafa
Un estudio de Google revela que el 88% de los paquetes vacacionales se planifica a través de la web y que más de la mitad de las reservas se efectúan online. De ahí, el riesgo creciente de sufrir un intento de ciberestafa con anuncios ficticios o utilizando comunicaciones falsas de plataformas y aplicaciones como AirBnB, Booking o HomeAway. Desde la Dirección General de Consumo aseguran que hay una serie de indicadores que pueden ayudar a prevenir la estafa como, por ejemplo, anuncios de inmuebles con precios de alquiler desproporcionadamente bajos comparados con los de la zona. Otros motivos de sospecha que se deben tener en cuenta son los que tienen descripción y fotografías demasiado atractivas que pueden haberse robado de otros anuncios o cuando el anunciante dice vivir en el extranjero y utiliza un intermediario para el pago o la entrega de llaves de la residencia.
Entre los consejos más habituales para evitar este tipo de fraudes se encuentran desconfiar de los chollos en lugares muy demandados, también de los anuncios y comunicaciones que contienen errores y faltas de ortografía y de los anunciantes que buscan todo tipo de excusas (vive fuera, usa intermediarios, pide comunicación y pago por otra vía...). Se debe comprobar la existencia de la residencia en Google Street View y buscar en internet las imágenes del anuncio comprobando si el nombre y el DNI del anunciante son reales y que la vivienda también existe. Es posible comprobar en el Registro de la Propiedad si el dueño figura y también es fundamental consultar opiniones y comentarios de personas que la hayan alquilado anteriormente.
Siempre ayuda realizar búsquedas para ver si tiene anuncios similares y que el número de contacto coincida para verificar el historial del anunciante y desconfiar si se ha incorporado recientemente a la aplicación o portal web porque la mayoría de estafas tienen poca esperanza de vida y los anuncios se renuevan: los borran para crear otros nuevos o las personas estafafas comparten información sobre el engaño. Y, por último, no aceptar métodos de pago poco fiables que se realicen fuera de las plataformas legales. "Si es necesario pagar una fianza, sólo debe ser la mínima señal posible, ya que la transacción puede derivar hacia webs muy parecidas a otras populares y aparentemente seguras, pero ilegales. En estos casos se aconseja no compartir datos bancarios u otro tipo de información sensible", explican desde Consumo. Y si el alquiler se realiza con una agencia inmobiliaria se debe escoger, siempre que sea posible, una empresa que esté adherida al Sistema Arbitral de Consumo.
También te puede interesar