Un total de 22 estudiantes de la Universidad de Almería han podido conocer ‘in situ’ el funcionamiento del Servicio de Asistencia a Víctimas de Andalucía (SAVA) y las Salas Gesell donde se practican pruebas preconstituidas en la Ciudad de la Justicia en el marco del curso de victimología 'Atención psico-jurídica a víctimas de delitos violentos', organizado en colaboración con la Consejería de Justicia, Administración Local y Función Pública.

Con este taller práctico se clausura esta formación dirigida a alumnos y egresados de Derecho, Trabajo Social y Psicología para profundizar en sus conocimientos sobre la protección a las víctimas en el ordenamiento jurídico, las herramientas y servicios existentes para su apoyo y asesoramiento que persiguen evitar la doble victimización, especialmente de los más vulnerables como los menores, las mujeres que sufren violencia de género o las personas con discapacidad.

La delegada territorial de Justicia, Carmen Navarro, ha mostrado su “satisfacción por colaborar con la Universidad en la capacitación de estos alumnos como futuros profesionales de servicios como el SAVA, que ofrece una atención integral a las víctimas de cualquier tipo de delitos ya que cuentan con equipos multidisciplinares formados por psicólogos, juristas y trabajadores sociales”.

Durante la jornada de hoy, los alumnos han podido conocer cómo trabaja el equipo que atiende el SAVA de la Ciudad de la Justicia de Almería. Navarro ha recordado que desde la pasada legislatura, la Junta ha apostado por acercar este servicio a la ciudadanía con oficinas fuera de las capitales atendidas por un equipo itinerante para que las víctimas de otros municipios no tengan que desplazarse para recibir esta atención. En concreto, en la provincia han sedes del SAVA en Huércal-Overa y El Ejido.

También han conocido el funcionamiento de las Salas Gesell habilitadas por la Consejería en las sedes judiciales para facilitar la práctica de pruebas preconstituidas que evitan que las víctimas tengan que declarar varias veces durante un proceso, “con el daño que supone revivir una y otra vez hechos tan dolorosos para ellas”.

Se trata de espacios diseñados para garantizar la privacidad de las víctimas, alejados de otras estancias de los juzgados y en los que se cuidan al máximo los detalles para ofrecer un entorno amable y cómodo.