La costa de Huelva es la única que se libra del alga asiática en Andalucía
Las características del fondo del litoral onubense suponen un obstáculo para la especia invasora
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El alga asiática o Rugulopterix okamurae sigue con su proceso de invasión por noveno verano consecutivo en el litoral de Andalucía, donde ha colonizado cuatro de las cinco costas -Cádiz, Málaga, Granada y Almería- y solo ha encontrado obstáculos en la de Huelva.
Esta especie de alga se detectó por primera vez en Europa en 2002, en Francia, en 2015 se asentó en Ceuta y en 2016 aprovechó para expandirse a ambos lados del Estrecho de Gibraltar hasta invadir gran parte de la costa peninsular. Los estudiosos de la materia achacan su llegada al agua de lastre que contienen los barcos provenientes del Océano Pacífico, lugar del que es originaria.
El litoral andaluz ya había vivido tres intentos de invasión de distintas especies de algas, pero la actual es la que más daño ejerce sobre las aguas sureñas, ha explicado a Efe la catedrática del departamento de Botánica y Fisiología Vegetal Universidad de Málaga María Altamirano Jeschke.
Actualmente hay una presencia notable de alga asiática en la parte occidental de la provincia de Málaga y en Cádiz, donde a finales de julio se retiraron 10.000 kilos en La Línea de la Concepción.
Respecto al estado de las otras provincias andaluzas, la experta ha detallado que Huelva cuenta con el factor de unos fondos arenosos que no son favorables al alga; Granada está invadida en gran parte, mientras que Almería cuenta con una amplia representación en Aguadulce, Roquetas de Mar y el Parque Natural de Cabo de Gata.
Altamirano ha destacado la homogeneización del fondo marino en cuanto a las algas, un ecosistema que, en líneas generales, ha reducido su diversidad en algunas zonas en hasta un 95%.
También ha señalado la capacidad de este organismo para asentarse sin necesidad de anclarse al fondo, lo que le permite estar presente en aguas suspendidas. En situaciones como la de Huelva puede ser perjudicial si el alga asiática logra instalarse sin necesidad de aferrarse al suelo.
Precaución para la retirada
Ante la creciente expansión de la especie, la Junta de Andalucía ha publicado recientemente el manual de intervención para esta invasión. El texto recoge cómo se debe tratar y los usos a los que se deben destinar los ejemplares que se retiran de las playas.
Sobre el fin que podrían tener estas algas, la catedrática de Botánica ha resaltado la reutilización que se realiza en Melilla, donde los ejemplares retirados se emplean para generar energía y contribuir a la economía circular. Según la catedrática, es imprescindible "inactivar" los ejemplares retirados para evitar que persista la invasión y poder reutilizar esa biomasa para usos similares a los que se aplican en Melilla para revertir un problema en un beneficio.
Perjuicio para la pesca
La actividad pesquera se ha visto afectada por la expansión de esta especie que se ha convertido en multitudinaria y actualmente complica las prácticas artesanales y, en su mayoría, los trabajos de arrastre.
Las algas dificultan el acceso de los peces a las redes de pesca y obligan incluso a los pescadores a tener que sacarlas a la superficie para deshacerse de ellas y después reparar sus herramientas de trabajo.
Por el perjuicio que les causa el alga asiática, los pescadores tratan de librarse de ellas en un lugar seguro, como en el puerto, pero la premura de su trabajo hace que en muchos casos las arrojen en distintas zonas donde desarrollan su actividad, lo que aumenta la dispersión e invasión de la especie.
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