La UD Almería sumó este miércoles su partido número 63 en la Copa del Rey en una fecha que se convierte en un día negro en la historia del club. No es la primera vez que ocurre un suceso similar a éste, ya que en la etapa de Turki Al-Sheikh como presidente de la entidad almeriense, los fracasos coperos se suceden prácticamente temporada tras temporada.

Remontándonos atrás en el tiempo, el primer partido en la competición del KO de la historia de la Unión Deportiva fue en la temporada de debut en Segunda División contra el Córdoba. Un duelo disputado en el Juan Rojas y que se fue a la prórroga, pero un tanto de Jorge Pérez en el 105’ dio el pase a los rojiblancos. Desde entonces, el equipo indálico nunca se ha especializado por llegar lejos, cayendo a las primeras de cambio habitualmente.

Sin embargo, en la temporada 2010-11 se rozó la gloria llegando a semifinales en un curso olvidable en la competición doméstica, pero que tuvo la particularidad de que los rojiblancos fueron pasando rondas hasta plantarse en semifinales contra el Barça de Guardiola. En una eliminatoria en la que los catalanes se plantaron en la célebre final de Valencia, los indálicos no tuvieron opciones.

El primer gran fiasco del cuadro unionista fue en la campaña 2014-15, en la que el Racing de Segunda División B doblegó a los indálicos a doble partido. Después de un empate en El Sardinero (1-1), los cántabros fueron capaces de vencer a un Primera División en su estadio en un partido paupérrimo de los pupilos de Francisco.

Los jugadores santanderinos celebran su pase a la siguiente ronda copera contra el Almería.

La otra eliminación copera más recordada fue contra el Villarreal, con Fran Fernández a los mandos del conjunto almeriense. Después de una ida competida y en la que se logró el empate en la recta final (3-3), los castellonenses golearon de forma escandalosa a los indálicos en un encuentro marcado por la defensa liderada por Ángel Trujillo con un 8-0 final.

Desde la llegada de la nueva propiedad, el Almería, que estaba acostumbrado a pasar sin más pena ni gloria por la Copa del Rey, se ha convertido en protagonista del torneo por sus infames eliminaciones a manos de equipos de menor categoría. En el primer año de la nueva etapa de la dirigencia árabe, el Tamaraceite, equipo de Tercera RFEF, venció a los rojiblancos en Las Palmas de Gran Canaria.

No se puede decir que aquel plantel, liderado por José María Gutiérrez, se plantase en la cita copera con un mal equipo. Más bien lo contrario, ya que en aquella alineación estaban los dos jugadores más ilusionantes de esa ventana estival de traspasos, Ante Coric y Arvin Appiah, este último cuya llegada costó casi nueve millones de euros. A pesar de que Nikola Maras forzase la prórroga en el descuento, los locales anotaron el gol de la victoria en los treinta minutos extra.

Los futbolistas rojiblancos hundidos tras caer contra el Tamaraceite.

La mejor campaña del Almería bajo la nueva propiedad llegó con José Gomes y una Copa del Rey con sabor agridulce, ya que la victoria contra el Alavés (5-0) y la tanda de penaltis frente a Osasuna se vieron ciertamente opacados por el planteamiento en cuartos de final contra el Sevilla. Los suplentes jugaron esa cita en la que la imagen de ese partido fue el enfrentamiento de Sadiq Umar con Jules Koundé, que solo duró menos de media hora.

Con la incógnita de lo que hubiese ocurrido si los más habituales hubiesen jugado ese duelo contra los sevillistas, el Almería de Rubi cayó el siguiente año contra un Elche de Primera División en un enero marcado por las bajas y la marcha de Sadiq a la Copa África.

Lo más grave ha sucedido en las dos últimas temporadas. Arenteiro y Barbastro, ambos equipos de Segunda RFEF, han sido capaces de eliminar a un Primera División sin muchas complicaciones. En los dos choques, el Almería presentó alineaciones con futbolistas como Largie Ramazani, Lázaro Vinicius, Kaiky Melo o Dion Lopy.

Kaiky, Centelles y Puigmal con caras de circunstancias en el encuentro contra el Arenteiro.

Dos fracasos con mayúscula en el torneo del KO que, en el caso de este año, se ve claramente agravado por la situación del equipo. A la deriva en liga, con un futuro a corto y medio plazo funesto y con el temor de una temporada histórica en el aspecto más negativo, este adiós tempranero de Copa del Rey complica más las cosas a un cuerpo técnico que no conoce todavía la victoria, una plantilla denostada y una directiva señalada.

Las expectativas, que siempre han estado definidas desde las altas cotas a las que se han aspirado desde 2019, añoraban el arranque de la Copa por ser un título en el que, en algún momento, se pudiesen hacer cosas grandes. Sin embargo, los distintos batacazos han supuesto una decepción institucional con un Almería ocupando las portadas nacionales más por sus caídas que por sus éxitos.