UD ALMERÍA | LA CRÓNICA

El Almería pudo ser goleado y acabó rozando el empate en el Metropolitano (2-1)

Lucas Robertone, con el esférico en posesión en el Metropolitano. Lucas Robertone, con el esférico en posesión en el Metropolitano.

Lucas Robertone, con el esférico en posesión en el Metropolitano. / Europa Press (Madrid)

Escrito por

Aarón Martínez

El Metropolitano fue el lugar apropiado para que el Almería volviese a reencontrarse con la derrota una jornada liguera más. De 16 fechas posibles, el conjunto indálico ha caído en doce de ellas, en esta ocasión de forma natural, con un rival superior que no tuvo que meter ni la cuarta marcha para superar a una plantilla ínfima en recursos y presencia sobre el verde, a pesar de un segundo tiempo notable en el que casi llega la igualada más por las facilidades atléticas que por las virtudes visitantes.

Gaizka Garitano apostó por primera vez desde su llegada al conjunto indálico por una defensa de cinco con Édgar, Montes y Chumi en la zaga con Akieme y Pozo en los carriles. Un sistema espejo con respecto al Atlético de Madrid con la entrada de Dion Lopy por el lesionado Gonzalo Melero. El Atlético de Madrid, el mejor equipo del Viejo Continente como local, iba ejercer como tal desde el comienzo.

A pesar del aparente atrevimiento, también acorde a la situación de los visitantes, con marcas al hombre en la presión adelantada, los rojiblancos se adelantaron en el minuto cinco con el tanto de Antoine Griezmann. Chumi, que se mostró poco contundente en el duelo aéreo con Samu Lino, permitió que el balón le cayese al francés. Sin embargo, el gol número 171 con el conjunto madrileño del atacante fue anulado por fuera de juego.

Un susto inicial que provocó que los colchoneros se activasen con jugadas trenzadas con Griezmann como protagonista en la medular. Las pérdidas de Adri Embarba fueron la antesala de las transiciones locales en pocos pases y mucha velocidad. Ángel Correa rozó la primera diana, la cual consiguió Álvaro Morata. Nuevo error de Chumi que perdió el balón ante la presión de Griezmann y el delantero español se fue de la marca de César Montes, recortó a Maximiano y embocó a puerta vacía para poner por delante a los madrileños.

Adri Embarba rodeado por De Paul y Savic en una incursión del primer tiempo. Adri Embarba rodeado por De Paul y Savic en una incursión del primer tiempo.

Adri Embarba rodeado por De Paul y Savic en una incursión del primer tiempo. / Chema Moya/EFE (Madrid)

A contracorriente, los indálicos se mostraron aún más vulnerables. Fueron unas cuentas fáciles. Error individual, gol del Atlético de Madrid. Griezmann recuperó un balón que dejó muerto Akieme y Édgar no hizo ni el ademán de acudir, Marcos Llorente recibió en la banda y asistió a Ángel Correa casi en la línea de gol completamente solo. Un despropósito a la altura de la temporada. Rodrigo de Paul se quiso sumar a la fiesta con una falta cerca del balcón del área con la formidable respuesta de un Luis Maximiano que fue de lo poco salvable del duelo hasta ese momento.

Los mejores momentos del Almería llegaron antes del descanso con una serie de córners consecutivos para los de Garitano. Adri Embarba tuvo minutos después un gol cantado tras la asistencia de lujo de Akieme, pero Oblak y el posterior pitido del árbitro señalando posición adelantada imposibilitaron el tanto.

El conjunto local, con la última jornada de la fase de grupos de la Champions League en la que se juegan el primer puesto, se comenzó a confiar después de comprobar de primera mano el porqué este equipo va colista. Tras la reanudación, Embarba remató de plancha un centro medido de Arribas que encontró la oposición de Oblak, que se estrenaba en el partido con una magnífica estirada.

El Atlético de Madrid se dejó ir para que el Almería se metiese de lleno en un encuentro que parecía completamente perdido a los veinte minutos

El equipo de Diego Pablo Simeone permitió incomprensiblemente que los almerienses se metieran en el partido concediendo ocasiones y con fallos desde la zaga. Un centro pasado de Akieme acabó en un disparo mordido de Pozo que desvió Baptistao para que Oblak salvase en primera instancia, pero el brasileño aprovechó el rebote para acortar diferencias. Es el tercer tanto del santista tras el doblete en Girona.

El encuentro se convirtió en ese momento en un descontrol en el que el Almería tuvo oportunidades para igualar la contienda con disparos de Arribas y Baptistao que se encontraron la oposición del guardameta esloveno. Por su parte, los locales nunca pudieron retomar el dominio de los primeros minutos, con el graderío incluso pitando a los suyos. En el descuento, los almerienses no lograron la machada y acabaron mordiendo el polvo tras dar una buena imagen en el segundo tiempo.

La permanencia se aleja y la cita contra el Mallorca se convierte, todavía más si cabe, en un tren de no retorno hacia la salvación. En una jornada en la que ha vencido el conjunto bermellón y la salvación se encuentra a ocho puntos a la espera de otros resultados, la remontada comienza a convertirse en un milagro nunca visto.

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