El Polideportivo El Ejido sigue inmerso en una profunda combustión interna. A la mala situación clasificatoria de los celestes (antepenúltimos del grupo 9 de Tercera Federación) se suma la preocupante deriva institucional de la entidad, presidida desde hace poco más de tres años por el argentino Alejandro Bouza. La deuda acumulada, unida a las constantes imagos denunciados por la plantilla, podría provocar en las próximas horas un cambio de rumbo en la gestión.

Tanto es así que según ha podido saber Diario de Almería de fuentes internas del club, los futbolistas se rebelaron este miércoles, negándose a ejercitarse en la sesión prevista en principio por el técnico José Heredia para la matinal y forzando una reunión con los rectores del club que finalizaba con la promesa de Bouza, titular del 100% de las acciones, de renunciar al cargo.

Esa más que probable marcha de la presidencia -al parecer podría mantener una parte del accionariado- no dejaría huérfana la gestión de la nave celeste, ya que el empresario Cristian Guerrero, propietario de Frío Herrero, antiguo patrocinador del equipo, estaría dispuesto a dar un paso al frente para enderezar el rumbo de la histórica entidad del Poniente, que en la década del año 2000 vivió su época dorada militando en Segunda División. Habría otro interesado en el extranjero del que no ha trascendido la identidad, pero esa vía parece paralizada. 

El padre de Diego Llorente, uno de los jugadores del plantel ejidense, está ejerciendo de intermediario en unas negociaciones que podrían cuajar en las próximas horas para desbloquear la situación, con el Ayuntamiento del municipio expectante para ver el giro que toman los acontecimientos. Una vez concluida la reunión, los futbolistas aceptaron ejercitarse el miércoles en sesión vespertina para preparar la próxima cita ante el Arenas de Armilla, prevista para el domingo (17:00) en el estadio municipal de Santo Domingo.