Cualquier cosa que no sea vencer al CD Badajoz, independientemente a la imagen que se ofrezca sobre el terreno de juego, encendería aún más las alarmas en el CD El Ejido. Y es que la única forma que tienen los ejidenses de asegurarse pasar otra semana más sin caer en unos puestos de descenso que tienen a un solo punto, es sumar los tres ante un oponente que llega en muy buena dinámica a un Estadio de Santo Domingo que anhela un triunfo y al que regresa la grada de animación, que sin duda será un gran aliento para los jugadores del cuadro almeriense.

Todo lo contrario le ocurre a los del Poniente almeriense, que con ocho jornadas seguidas sin saber lo que es ganar y tres derrotas en sus últimos tres choques ligueros, está en su peor momento de la temporada. Pese a estos números, en el plantel celeste se respira un ambiente esperanzador, sobre todo tras la llegada de los refuerzos invernales y de ver como la enfermería se va vaciando poco a poco. En este sentido, José Sevilla, aunque no podrá disponer de todos sus efectivos todavía, celebra que esta jornada no tenga que cubrir huecos con tantos jugadores del filial virgitano. Alfonso y Álex Sánchez son baja por lesión, mientras que por sanción se queda fuera de la lista Jordan Sebban. En principio serían las únicas ausencias obligadas para el técnico de Berja, pero mantendrá hasta última hora la duda de Molo, que ya jugó tocado la pasada semana en el feudo del Villanovense, donde su equipo cayó por 1-0. Por suerte, recupera a hombres importantes como Emilio Cubo, Gabri y Fermín, pudiendo contar también con Uru y Artiles.

Alfonso, Álex Sánchez y Sebban, bajas; Gabri, Cubo, Fermín, Artiles y Uru están disponibles

El mister del CD El Ejido va a tener que hilar fino en su alineación inicial, sobre todo teniendo en cuenta que los del Poniente afrontan un partido vital en sus aspiraciones, que puede marcar muchísimo su devenir en la competición, ya que un tropiezo podría meterles en los puestos de descenso. Es lo que quieren evitar a toda costa y por eso lucharán por dar una alegría a un campo de Santo Domingo que ya se la merece y también a su entrenador, que cumplirá su sexto duelo en el banquillo y no ha podido saborear aún las mieles del triunfo.