Carriço le dio palos por todos lados

De la lesión hasta ahora, Rodri es otro. El sevillano se fue al dique seco en el peor momento, cuando había cogido peso en el equipo y veía puerta con cierta facilidad. Sin embargo, el tobillo le hizo un flaco favor y ahora coger el ritmo y la posición tiene un tiempo que es complicado que le dé tiempo a coger nuevamente en esta recta final de temporada.

La solución de emergencia de Francisco, una vez que ha perdido la confianza en Óscar Díaz, de situar a Jonathan en punta parece que se ha cortado con Rodri disponible. El sevillano se iba a enfrentar a su exequipo, con la carga emocional que eso siempre tiene, y parecía un buen momento para retomar sensaciones . De hecho, comenzó con muchas ganas y presionando mucho. Pero ya desde el comienzo vio que el equipo era incapaz de servirle ni un solo balón en condiciones y que los pelotazos con los que le buscaban no iban ni tan siquiera hacia él, tenía que caer a banda y salirse de su zona de influencia para convertir en pases simples melonazos.

A Rodri le gusta vivir en la línea del fuera de juego, para aprovechar su velocidad y su potente salto a la hora de llevarse balones. Pero ayer no pudo. Emery ahogó al Almería y los balonazos con los que el equipo trató de surtir de pelotas al ariete no iban hacia su hábitat natural: el área. Por eso, Rodri tuvo que caer siempre a banda, constantemente trataba de asociarse con Aleix y con Suso para intentar crear algo de peligro.

Otra de las causas por las que la posición de '9' estuvo huérfana de Rodri fue por el marcaje de Carriço. El central sevillista le dio palos a destro y siniestro, sobre todo dos seguidas, que no fueron objeto de amarilla por parte de Clos Gómez. El portugués estuvo seguro por alto y no le dejaba recibir al sevillano, lo que provocó que Rodri abandonara momentaneamente su puesto para que Carriço no tuviera referencia. Como el Almería tampoco estaba creando peligro ni metiendo en su área al Sevilla, tampoco había centros laterales o balones para buscar algún remate. La desesperación por la situación quedó patente en dos faltas seguidas que cometió, costándole la segunda amarilla. Rodri protestó airadamente porque Carriço le había dado por todos lados y se marchó impoluto del Mediterráneo.

Si remates no tuvo, en la segunda parte una acción de Rodri sí que pudo ser determinante, de nuevo con Carriço. El ariete controla en el área, el portugués le pega una clara patada, pero Clos Gómez saca la infracción fuera. No le salía nada al sevillano, que sólo iba a rozar el remate en la última acción del partido, con un amago de cabezazo que abortó Beto con los brazos. Rodri no recordará este partido ante su ex.