Chus Herrero y Goni se alternaron para frenarlo

Ulloa provocó tal pánico en la zaga blanquinegra que abrió numerosos huecos aprovechados por sus compañeros

Ulloa, siempre vigilado de cerca por el contrario.
Paco Gregorio / Almería

22 de abril 2012 - 05:02

Le está costando a Leo Ulloa alcanzar la cifra de 25 goles, diígito redondo y especial para él porque tiene una apuesta con alguien aún no desvelada. En Cartagonova volvía al once como salvador después de su ausencia con el filial amarillo y desde el primer minuto sus compañeros lo buscaron por todos los medios.

De hecho, el argentino fue el protagonista absoluto del primer cuarto de hora de juego, con continuos centros al área para intentar aprovechar sus centímetros que por poco no finalizaron en gol. Tanto es el temor que inspiraba en la zaga del Cartagena que Carlos Ríos ordenó un marcaje alterno de sus dos centrales, Chus Herrero y Goni, para que el de General Roca nunca recibiera a gusto el esférico.

Como él mismo se ha encargado de recordar, a diferencia de con Alcaraz, cuando los balones los recibía de espaldas a la portería, ahora le vienen por las bandas, con loque gana en facilidad rematadora, pero la vigilancia a la que fue sometido en Cartagonova impidió su lucimiento.

Lejos de quedarse con los brazos cruzados, Ulloa auyudó en todo lo posible en tareas defensivas y pudo vérsele despejar algún que otro córner en contra. En la segunda mitad, su protagonismo decayó para que sus compañeros de segunda línea ganasen en las llegadas de peligro aprovechando que el férreo marcaje al que lo tenían sometido liberaba al resto de atacantes. En todo el segundo periodo únicamente cabe reseñar la ocasión que tuvo en sus botas ya con el 1-1 en el marcador, que pudo significar el triunfo, pero el balón se marchó fuera.

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