El íncreíble desafío del almeriense David Lozano y sus Huskies Siberianos a -10º

Polideportivo

El musher corre con cinco de sus perros en el cantón francés de Bessans/Bonneval sur Arc. el ‘Trophy Andreas Kraft’

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Vea la increíble aventura del almeriense David Lozano y sus Huskies Siberianos a -10º

Sólo le faltaba Heidi y su perro Niebla para que el paisaje fuera de dibujos animados. Aun sin la popular niña de las montañas suizas, el almeriense David Lozano ha competido con sus Huskies en un lugar de película, de ensueño para los amantes de la nieve y las montañas.

La aventura que ha vivido Lozano ha superado con creces las expectativas que su mente podía imaginar. De entrenar a diario en El Toyo con 20 grados de temperura media y un suelo rajado por la falta de agua, a disputar el ‘Trophy Andreas Kraft’ rozando esa misma temperatura, pero en negativo. Después de siglos de evolución adaptándose a las necesidades humanas, sus perros revivieron las condiciones de sus antepasados. Y éstas no eran otras que frío, nieve y un trineo del que tirar.

Para encontrar la línea de salida, un pueblo de un cantón francés perdido entre montañas en la frontera con Italia y Suiza, David tuvo que conducir 1.600 kilómetros, 48 horas al volante, con paradas de dos o tres horas “para que los perros estirasen las piernas y se alimentaran”. Normal, el tute que les tenía preparado su dueño era posiblemente la aventura más espectacular que han vivido en su perruna vida hasta el momento.

Una imagen de David Lozano con sus Huskies en tierras francesas.
Una imagen de David Lozano con sus Huskies en tierras francesas. / Eric Roustand

David subió con cinco canes y sus dos ‘handlers’ (Carla y Carlos) para enfrentarse a grandes mushers españoles, italianos, franceses, alemanes, checos, austríacos, suizos... Tres etapas nocturnas, con mucha nieve y el mercurio en unos niveles que invitaban a correr lo más rápido que dieran las piernas. O las patas en el caso de los remolcadores caninos de su trineo.

“Ha sido una experiencia increíble. Pese al largo viaje y las condiciones tan extremas, ni los perros ni yo hemos tenido problema físico o de fatiga alguno. Estuvieron algo descentrados por el medio en el que competían, al que no están habituados. Los de allí iban muy fuertes, están acostumbrados a esa zona, altura (1.700-2.300 metros) y al clima”, que siempre estuvo bajo cero.

Paisajes nevados y montañosos, ideal para los Huskies.
Paisajes nevados y montañosos, ideal para los Huskies. / Eric Roustand

Paisajes preciosos, desniveles propios de zona montañosa, una competencia sana, una organización que respondió en todos los sentidos y algo también muy importante: ni una sola lesión ni de los perros ni del musher, algo que siempre se agradece cuando compites en un medio tan abrupto y al que no estás acostumbrado.

Tocaba emprender el viaje de vuelta. Los perros, cansados por la exigencia física de la competición, estaban en calma; dentro del coche la sensación era la de que las mentes se habían quedado reviviendo in situ una experiencia que nunca olvidarán.

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