David Silva, el 'actor secundario' de España

Fue una de las revelaciones de la Eurocopa de 2008, víctima de la derrota ante Suiza en el debut del Mundial de Sudáfrica y ahora de nuevo protagonista en la sombra de la selección española: David Silva ya atrae los focos sobre sí aunque no quiera.

En medio del debate sobre el delantero, Silva, callado y con perfil bajo, se ha hecho con un hueco de titular casi indiscutible en la selección campeona de Europa y del mundo que busca revalidar el título continental en Polonia y Ucrania. "Es uno de los jugadores más buenos que tenemos, le tengo mucho aprecio a pesar de que en el pasado Mundial no tuvo tanto protagonismo", dijo Del Bosque antes del partido ante Irlanda sobre Silva.

Bien recuerda el seleccionador, al que le duele dejar a cualquiera de sus convocados en el banquillo, que Silva empezó de titular el Mundial de Sudáfrica. Pero la derrota inicial ante Suiza obligó a cambios. En el minuto 62 de aquel partido, Silva se marchó y fue sustituido por Jesús Navas. A partir de ahí, sólo cuatro minutos más, los últimos de la semifinal ante Alemania para ganar tiempo. "Siempre que he ido a la selección me he encontrado como un jugador más. Ojalá salga como la anterior Eurocopa, que todo salió perfecto, redondo y que hicimos un gran papel", recordó hace pocos días Silva.

Ni mencionar el Mundial. Sí en cambio la Eurocopa de 2008, cuando con sólo 22 años se adueñó de la banda izquierda del equipo que dirigía Luis Aragonés y que terminó campeón. Sudáfrica, en cambio, fue un golpe duro para un jugador que después emprendió la aventura inglesa con el Manchester City. En dos temporadas como citizen ya ha sido campeón, siendo titular indiscutible para Roberto Mancini pese a que Sergio Agüero, Yayá Touré, Carlos Tevez o Edin Dzeko sean los que acaparen las portadas.

Del Bosque le reintegró la confianza al zurdo, que juega en principio por la derecha, pero que se mueve por todo el frente del ataque. Cambia de banda, entra al remate, hace diagonales, asiste... Silva, de 26 años, asistió a Cesc Fábregas para que marcara ante Italia en el primer partido de la Eurocopa. Frente a Irlanda, el jueves, dio el pase del segundo gol de Fernando Torres y poco antes había anotado su decimoséptimo tanto con la camiseta roja. Recibió en el área, donde su sangre se convirtió en hielo y los relojes se pararon: amagó rodeado de defensas irlandeses, recortó con el tobillo y la cintura y metió la pelota por debajo de las piernas de los zagueros para poner el 2-0 tranquilizador.

"Siempre lo he dicho, desde hace mucho tiempo, que para mí es uno de los mejores jugadores del mundo y deseo y espero que en esta Eurocopa pueda seguir haciendo lo que está haciendo", destacó Andrés Iniesta a su compañero de pillerías en el borde del área ajena. La conexión entre Iniesta y Silva va más allá del juego. Ambos se expresan mejor con la pelota en los pies que con las palabras. Y eso les hace perder puntos en la clasificación de cracks mediáticos.

Pero Del Bosque sabe lo importante que es. De la selección española siempre se ha dicho que es un clon del Barcelona. "Sólo les falta Messi", destacó Giovanni Trapattoni, seleccionador de Irlanda. Pues bien, puestos a continuar con los paralelismos, Del Bosque ya encontró al argentino. "Silva es nuestro Messi", dijo el seleccionador a la revista alemana Kicker el mes pasado.