Todos contra Efimova
Río se ha convertido en un polvorín para los nadadores con un pasado de dopaje Phelps criticó a la rusa por "vulnerar lo que debe ser el deporte"
Río de Janeiro atravesó una de sus jornadas más calurosas en los Juegos Olímpicos, pero la temperatura que se vivió en la explosiva noche del lunes en la natación, con Yuliya Efimova como epicentro de las críticas, fue aún mayor.
La nadadora rusa tiene fama de "chica mala" e imperturbable, pero tras su plata en los 100 metros braza no pudo contener el llanto. Después de los abucheos del público, las críticas de sus colegas, el acoso de la prensa y las idas y venidas de los tribunales deportivos, la cuatro veces campeona mundial estalló en una mezcla de descarga y emoción. "¿Qué cómo me siento?", repitió Efimova en inglés, casi sin poder articular palabras. "En este momento bastante feliz después de todo lo que me pasó", expresó. "Podrían comprenderme si se colocaran en mi posición".
A escasos pasos, la juvenil Lilly King, con el oro colgando en el cuello, dejaba en claro que no pensaba lo mismo. "Esto demuestra que puedes competir limpio y aún así estar en lo más alto con todo el trabajo que haces", indicó la estadounidense de 19 años tras superar en un apretado final a Efimova.
El bronce de la prueba fue para otra estadounidense, Katie Meili, lo que hizo estallar en la tribuna del Estadio Acuático Olímpico el grito de "¡USA!, ¡USA!" en medio de la decepción de la grada rusa.
La opinión de King sobre Efimova fue respaldada nada menos que por Michael Phelps. "Que alguien haya dado positivo no una vez, sino dos, y aún así tenga la oportunidad de nadar en estos Juegos, me parte el corazón", señaló Phelps tras alcanzar la final de los 200 metros mariposa. "Me gustaría que alguien pudiera hacer algo al respecto. Vulnera lo que debe ser el deporte", agregó.
Efimova no se quedó callada y cuestionó la politización del deporte. "Yo siempre pensé que la Guerra Fría ya era una cosa del pasado", comentó la rusa, y añadió: "la tradición era que los atletas estuviesen fuera de la política".
La presencia de Efimova en los Juegos estuvo envuelta en interrogantes hasta el mismo día de la ceremonia de inauguración. Por su pasado de dopaje, la rusa fue excluida en un primer momento de la cita por parte del COI en el marco de las sanciones a los deportistas rusos. Sin embargo, apeló ante el TAS y el tribunal suizo le dio la razón argumentando que no podía ser castigada dos veces por el mismo hecho.
Efimova tuvo su primer escándalo a principios de 2014, cuando se conoció que dio positivo por esteroides. La nadadora, que aseguró que la sustancia se encontraba en un suplemento alimenticio legal, fue sancionada 16 meses, comenzando retroactivamente desde el test que se realizó a finales de 2013, y no por los dos años habituales. Esto le permitió llegar justo a tiempo para los Mundiales de 2015 en Kazán, donde consiguió el oro en los 100 braza. En los 50 braza suma otros dos títulos mundiales (2009 y 2013) y el restante lo logró en los 200 en Barcelona.
La rusa fue la más apuntada, pero no es la única señalada en Río por su pasado. Sun Yang, ganador del oro en los 200 metros libre, fue abucheado en algunas ocasiones por el público. Camille Lacourt lo acusó de "orinar violeta".
Con tres jornadas de actividad, la natación ya se ha convertido en un polvorín. Y con numerosas finales aún por disputarse, la polémica promete seguir escalando.
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