Ejerciten los corazones

Suspense Ni en las peores pesadillas de Ulloa estaban todos los goles que falló y que convirtieron a Aarón en el hombre que mantiene vivo al equipo Opciones Indispensable ganar al Alcoyano y que Hércules, Córdoba o Alcorcón pierdan

Aarón golpea el balón en la acción que significó el 0-1.

28 de mayo 2012 - 05:02

En un estadio de Tercera, por ser bondadoso y no degradarlo a la categoría de Regional, se jugaba el Almería buena parte de sus opciones de volver a Primera. Con la oreja puesta en los transistores para enterarse de otros resultados, la tarde recordaba a aquellas gloriosas de hace no tanto cuando los rojiblancos eran de bronce. O de plomo. Sentados en el palo de un gallinero que costaba 30 euros, los aficionados almerienses cantaban, sufrían y, sobre todo, imploraban otro capotazo de la Virgen del Mar que siempre aparece cuando el equipo la necesitaba.

La baja obligada de Rafita le dio el lateral derecho a Michel; las contras que el Guadalajara suele montar en su caja de cerillas, al lado de la cual Los Bajos parece Maracaná, evitó la osadía rojiblanca. Verza entró en el doble pivote por Corona en busca de mayor consistencia. Como cabía esperar por calidad y necesidad, el balón fue almeriense desde el principio. Y si alguien pensaba que el Guadalajara iba a conceder lo más mínimo, las dos o tres primeras patadas que se llevó Soriano dejaron claro que de eso nada.

Así que tocaba enfudarse el mono de trabajo. Después de dos tímidos disparos de Verza, Ulloa tuvo el gol de cabeza pero primero el larguero y después Saizar lo evitaron. Minutos más tarde, otro testarazo del ariete obligó a lucirse al meta local. Tres claras, pero la varita del argentino ha perdido potencia mágica y el Almería lo está notando. El ejemplo más claro de esto y de que no puede ni con sus botas llegó a la media hora: penalti para los almerienses lanzado horriblemente por el de General Roca, otrora un seguro de vida desde los once metros.

Una tras otra iban desperdiciando oportunidades los almerienses mientras Córdoba y Hércules se adelantaban en sus partidos. La única buena noticia, aunque si no se ganaba de nada servía, es que el Valladolid marcó en Alcorcón. Gestos de rabia y desesperación en los jugadores al descanso. Todo lo marrado sacaba de quicio hasta al más paciente.

Si ya de por sí estaba complicado el asunto porque al balón no le apetecía entrar, siempre se puede poner peor: Acasiete se despidió del Almería antes de lo que a él le habría gustado por culpa de una lesión. La responsabilidad que recaía en Trujillo y la posibilidad de hacer un cambio ofensivo menos. Curiosamente tuvo que ser un hombre de refresco el que devolvió las esperanzas a la parroquia rojiblanco viendo que Ulloa tenía la negra encima. Aarón, al que se le llevaba esperando desde principio de la temporada, estuvo en el momento y el sitio oportuno para marcar un gol que debe de valer su peso en oro porque casi a la par el Valladolid conseguía el segundo en Alcorcón. Lo más difícil se había conseguido, tocaba defender como jabatos.

Pero parece que la página del destino donde está escrita esta temporada del Almería no refleja un ascenso. El Guadalajara no había hecho nada en todo el partido, pero no le quedó más remedio que irse hacia la meta de Esteban tras ser expulsado Bernardello. Y el Alcorcón empataba... La afición estaba al borde del ataque de nervios. Por suerte llegó el final.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último