La consulta del especialista

Falsos mitos relacionados con la medicina

  • Internet. Cada vez se constata más la influencia de la gran red, donde con un ‘click’, se despliegan miles de respuestas a la consulta

Un médico cruzado de brazos.

Un médico cruzado de brazos.

Como todo en la vida, y la medicina no es una excepción, hay leyendas urbanas, mitos y creencias relacionados, que en muchos casos, rozan el esperpento. En este artículo vamos a analizar las más extravagantes y disparatadas de las que existen en nuestro medio. Como dice el dicho “De fútbol y medicina todo el mundo opina” y cada vez se constata más sobre todo a la influencia de internet, donde a la vuelta de un click, se despliegan un millar de respuestas a la consulta, pero no todas son veraces ni nos dan tranquilidad sino más bien, todo lo contrario.

Sudar adelgaza. FALSO

Cuando se practica alguna actividad física con cierta intensidad, empezamos a sudar. Sudan antes aquellas personas más pesadas que las más delgadas. El sudor no es más que un refrigerante ante el aumento de la temperatura que se produce con el ejercicio. De esta manera, la temperatura corporal se mantiene más o menos constante. Con frecuencia, cuando corro, veo a personas que en pleno verano van entrenando con un chubasquero o ropa no transpirable, con el objeto de sudar más y perder peso más rápido. Grave error. El peso que perdemos sudando lo recuperamos bebiendo. Lo que adelgaza es perder grasa, no agua corporal. De hecho, debemos beber un litro de agua por cada kilo que hayamos perdido entrenando. Si buscamos sudar en exceso a propósito, estamos en riesgo de quedar deshidratados con la posibilidad de que aparezcan calambres a nivel muscular o mareos debido a la falta de iones como el sodio o el potasio que se pierden con el sudor.

Agujetas en el corazón. FALSO

Es una pregunta que me formulaba una paciente en una ocasión, a resulta de una carrera de larga distancia que corrió. Al día siguiente comenzó con dolor en el pecho y lo achacó al esfuerzo que había realizado. Como presentaba agujetas en todo el cuerpo, ella achacaba el dolor a supuestas agujetas también en el corazón. Una vez realizadas las pertinentes pruebas se descartó lesión alguna en el corazón y el dolor provenía de las articulaciones que unen las costillas con el esternón, como consecuencia del uso de bastones para apoyarse durante la carrera y a lo largo de muchas horas. El corazón está formado por tres capas: un envoltorio o pericardio, un tejido muscular especializado: el miocardio, pero que es diferente a cualquier otro músculo del cuerpo; la parte más interna del corazón se llama endocardio, que es que corresponde al tejido que recubre las aurículas y ventrículos, así como a las válvulas.

Ese músculo no trabaja de la misma manera que los músculos de las piernas o los brazos, que están sometidos a importantes contracciones y elongaciones que son las que provocan las agujetas, las microrroturas que se producen. Hay tres tipos de músculos en el cuerpo: estriados que son los músculos que se insertan en los huesos y que son de contracción voluntaria; el músculo liso que está en las paredes de venas, arterias, vejiga útero e intestino y que se encarga de que se abran o se cierren pero de forma involuntaria: finalmente tenemos el músculo cardíaco que es estriado pero de contracción involuntaria con células ligeramente diferentes a las del músculo estriado y que son muy ricas en vasos y nervios para poder conducir el impulso que nace de la parte del corazón que provoca el estímulo eléctrico para que haya latidos. Las agujetas no es más que el daño que una actividad física desproporcionada o demasiado intensa, provoca en la fibra muscular. Si no estamos muy acostumbrados al ejercicio, nuestra fibra muscular se estira y acorta, pudiendo producir pequeñas roturas.

Una mano en el corazón. Una mano en el corazón.

Una mano en el corazón.

Mientras el músculo está caliente y en funcionamiento, no lo percibimos. Pero cuando éste se enfría (normalmente a las 24 horas), se ha producido una contracción de la fibra muscular con su correspondiente acortamiento. Al caminar o al realizar la actividad física donde ejercitamos los músculos doloridos, nos sobreviene el dolor clásico de las agujetas. La mejor manera de prevenirlo es realizar una actividad física regular y no ocasional y si el dolor es importante, tomar un antiinflamatorio. En dos o tres días se habrá solucionado.

El ejercicio en ayunas adelgaza más. FALSO

No hay una hora que sea más eficiente a la hora de perder peso. Depende de cada persona; hay algunos que preferimos por la mañana, otros a última hora de la tarde. Si hacemos deporte en ayunas, no debe sobrepasar la hora. A partir de entonces, tendremos fatiga, cansancio y hasta sufrir un mareo, si no estamos acostumbrados. Si decidimos hacer deporte por la tarde o noche, que hayan pasado, al menos, dos horas y media desde la última comida fuerte.

En menstruación no se debe hacer ejercicio. FALSO

Este momento es bueno, como cualquier otro momento del mes para hacer deporte. Hay estudios que avalan al ejercicio como reductor de las molestias y dolores menstruales, así como los cambios de humor que en ocasiones se asocian con esos días. Lo que sí es importante es aumentar la ingesta los días en los que se hace ejercicio con la menstruación, especialmente de hierro. De esta manera evitaremos anemias debidas a la escasez de este mineral en los depósitos corporales. No se recomienda realizar actividades físicas muy exigentes ni extenuantes durante esos días.

Dejar las heridas al aire favorece la cicatrización. FALSO

Es un tópico muy extendido que es falso, al menos en las primeras fases de la cicatrización. La piel es la principal barrera que nos protege contra los gérmenes que pululan por nuestro alrededor. Una herida supone una brecha en esa barrera y una magnífica puerta de entrada para gérmenes del exterior sobre todo de la piel. En los primeros días es muy importante que la herida esté cubierta. Ese apósito o vendaje hará de barrera mientras se organiza la cicatriz y se vuelve a construir ese muro que nos protege del exterior. En este momento es importante que la herida permanezca seca y que evitemos mojarla. A los 7-10 días, cuando la herida se muestre seca, ya puede permanecer destapada. Es importante que no le dé el sol en los meses sucesivos ya que el aspecto de la cicatriz será más oscuro y con peor aspecto.

Una tirita en una herida. Una tirita en una herida.

Una tirita en una herida.

Si hay fiebre debo tomar antibióticos. FALSO

Un proceso febril en la mayoría de los casos se suele deber a un cuadro de origen vírico. Lo normal es que dure unos días y se combate con antitérmicos para bajar la fiebre, abundantes líquidos y reposo. Nada más. Si tomamos antibióticos de entrada sin consultar a nuestro médico, estaremos creando resistencias en las bacterias de nuestro organismo que pueden provocan multirresistencias, lo que hará que necesitemos antibióticos cada vez más potentes para curar enfermedades infecciosas cada vez más leves.

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