Francia espanta los fantasmas de Sudáfrica 2010
Los galos aseguran que las discusiones tras la mala actuación ante Suecia están zanjadas. Durante el Mundial, Anelka llegó a insultar al entonces seleccionador, Domenech, y los jugadores se negaron a entrenar.
Francia intentó espantar los fantasmas del Mundial de Sudáfrica 2010, renacidos ahora en la Eurocopa tras la disputa en los vestuarios entre el seleccionador Laurent Blanc y el centrocampista Hatem Ben Arfa.
El motín de Sudáfrica 2010 "no es comparable", dijo el técnico asistente de Francia, Alain Boghossian, sobre la tensa discusión que se vivió el martes tras la derrota ante Suecia. Francia acabó segunda de su grupo al caer por 2-0 con una Suecia que ya estaba eliminada, y por lo tanto se medirá el sábado en Donetsk con la temida España en los cuartos de final de la Eurocopa de Polonia y Ucrania. "Hubo artillería pesada en el vestuario. Se despertaron viejos fantasmas", admitió el miércoles Florent Malouda, uno de los pocos supervivientes de los conflictivos días de Sudáfrica.
La falta de actitud en el partido ante Suecia provocó que el sábado se produzca un enfrentamiento indeseado con la campeona de Europa y del mundo. Francia asegura que el conflicto está cerrado, pero la indolencia bleu ante Ibrahimovic y compañía se recordará si España sale vencedora. "Quería acabar primero para jugar contra Italia. Sin faltar el respeto a Italia, habría sido más asequible", admitió Blanc.
Tras el partido jugado en Kiev, Ben Arfa y el seleccionador mantuvieron una discusión subida de tono en la que el centrocampista le ofreció al técnico incluso volver a Francia, según informó el diario L'Equipe. El rotativo afirmó que Blanc reprobó a Ben Arfa que estuviera jugando con su teléfono móvil y le sugirió que llamara a su familia más tarde. Entonces, el jugador, que había sido sustituido en el minuto 60, reprochó al técnico haber sido el primero en ser sacado de la cancha cuando había jugadores "mucho peores".
Boghossian aseguró que Blanc y Ben Arfa limaron diferencias y que el miércoles se dieron la mano para zanjar el asunto. "Hubo un intercambio de palabras, es lo normal en un vestuario. Lo que no sería normal sería lo contrario. Es como una pareja. Si metes todo debajo de la alfombra, en algún momento salta todo por los aires", dijo Boghossian, campeón del mundo junto a Blanc en 1998, valorando que se hablen los problemas a la cara.
También se habló y fuerte en el Mundial de hace dos años, cuando el delantero Nicolas Anelka insultó al entonces seleccionador, Raymond Domenech, y los jugadores se amotinaron negándose a entrenar antes de ser eliminados en primera ronda.
Francia sólo necesitaba el martes un empate ante un equipo que ya estaba eliminado para ser primera de su grupo y evitar a España, gran favorita a revalidar el título en Polonia y Ucrania. "Parecía que estábamos de vacaciones en Punta Cana", criticó Malouda el miércoles la actitud de algunos de sus compañeros, lo que provocó la ira de otros. "La discusión se acaloró, a veces pasa cuando se pierde, pero luego se refrescó con una buena ducha. Los jugadores se percataron de que no todos lo habían dado todo", se sinceró Blanc el miércoles sin dar nombres. Según L'Équipe, también Alou Diarra reprobó a Samir Nasri su escaso esfuerzo en labores defensivas, a lo que el jugador del Manchester City respondió reclamándo más educación. Franck Ribéry, presente en Knysna en 2010, fue el mediador.
Antes del decisivo partido ante España y tras la indolente actitud ante Suecia, Malouda animó a sus compañeros a "encontrar el difícil equilibrio entre las ambiciones personales y el juego del equipo".
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