Fútbol de alto voltaje (2-2)

Polémica al margen, que la hubo como viene siendo habitual últimamente en el Mediterráneo, Almería y Barcelona B ofrecieron un espectáculo de muchos kilates a los cerca de 13.000 espectadores que acudieron a la llamada del club para evitar de algún modo lo que al final terminó ocurriendo, que el colegiado volviera a condicionar el partido.

Desde un palco acristalado en tribuna, Javi Gracia observaba el buen inicio de sus jugadores, que embotellaron al filial azulgrana para intentar asfixiar su buena circulación de balón. El esfuerzo y sacrificio fue alto, pero en vano, pues el dominio del balón es tan apabullante por parte del conjunto catalán que pese a la incesante presión en ningún momento dio un pelotazo a destiempo.

Los de Eusebio Sacristán empezaron a lubricar poco a poco la máquina y superados cinco minutos de asedio local espoleados por una afición entregada, se fueron haciendo con el control del juego, hasta el punto de que el Almería empezó a perseguir sombras pese a que por el costado diestro Jonathan no paraba de crearle problemas a Grimaldo.

Con Ledes incrustándose entre los centrales Lombán y Planas para iniciar el juego en busca siempre de Luis Alberto, el Barça empezó a sentirse cómodo y generar las primeras ocasiones, que tuvieron como protagonista a Deulofeu.

Con una facilidad pasmosa le ganó la espalda a Christian para enviar una volea por encima de Esteban que se marchaba fuera por poco, simbolizando tal vez la escasa suerte que iba a tener en la tarde, ya que tampoco supo definir al poco un pase milimétrico de Luis Alberto entre Marcelo y Trujillo que lo dejó solo ante Esteban y, tras dribrarlo, disparaba al lateral de la red.

La tragedia se mascaba, pero iba a ser Lobato quien adelantase a los visitantes con un zurdazo ajustado al palo desde fuera del área que hizo inútil la estirada del meta asturiano. En esa fase del encuentro la superioridad azulgrana parecía infranqueable, pero el Almería encontró el camino por medio de centros desde las bandas y jugadas a balón parado buscando los centímetros de Soriano.

En un saque de esquina el maño estuvo cerca de empatar la contienda, pero su remate se topó con el rostro de Lombán sobre la línea de gol. Se acercaba la media hora de juego, en la que iban a suceder dos detalles que marcarían el devenir del mismo.

Uno desapercibido para todos fue una falta de Espinosa sobre Verza merecedora de amarilla que Pino Zamorano no quiso castigar, esa, unida a la que sí vio diez minutos después, habría dejado en inferioridad al Barça B. La otra fue el tanto del empate, gracias a un gran centro de Christian que Jonathan empaló con la violencia adecuada.

Antes del descanso aún hubo tiempo para que Lombán sacara otro balón en la línea en un pase de la muerte de Jonathan y que Soriano se topara con el poste en un buen cabezazo a servicio de Gunino desde la derecha.

El Almería se fue a vestuarios encontrándose más cómodo y retornó con las mismas sensaciones. Justo a la vuelta de la caseta Charles desperdiciaba sin oposición una gran asistencia de Jonathan, pero no perdonó en la siguiente acción, con Christian apurando la línea para ponerla atrás, forzar el defecuoso despeje de Masip y permitir al brasileño embocar a gol el 2-1.

Todo parecía viento en popa, pero entonces emergió la figura de Pino Zamorano mostrando la segunda amarilla a Marcelo Silva por un forcejeo con Araujo y enviándolo a la caseta tras dos acciones sin mediar violencia.

Con un defensa menos y sin centrales en el banquillo, Verza se incrustó en el eje de la zaga y cumplió con creces hasta que en el minuto 87 desviaba a la escuadra un centro de Joan Román para restablecer las tablas y dejar muda a la grada. Con todo, y pese al desgaste de jugar media hora con uno menos, Chumbi rozó el 3-2 en el descuento. A poco que este equipo tenga la suerte de cara...