Lesiones frecuentes en el fútbol
La consulta del especialista
El ligamento cruzado anterior es el que con mayor frecuencia se lesiona, siendo 30 veces más frecuente que la lesión del cruzado posterior · En la cirujía se suele utilizar un injerto para sustituir al LCA roto
LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR (LCA)
El ligamento cruzado anterior es el principal estabilizador que evita el desplazamiento anterior de la tibia con relación al fémur. El LCA es el ligamento intraarticular que con mayor frecuencia se lesiona, siendo 30 veces más frecuente que la lesión del cruzado posterior. Es la causa más frecuente de hemartros (sangre dentro de la articulación) en el trauma agudo.
El mecanismo de la lesión puede variar. Se puede presentar ante una hiperextensión forzada como la realizada por un jugador de fútbol al dar una patada "en falso" o durante una desaceleración brusca con el pie firme en el suelo o al ser derribado el jugador por un golpe desde la parte posterior de la pierna.
Clínicamente se observa un paciente con una hemartros (derrame articular el cual apareció en un periodo de tiempo corto generalmente menor a 2 horas), dolor e impotencia funcional, sensación de inestabilidad con dificultad para la marcha.
Durante el interrogatorio el paciente puede relatar haber sentido o escuchado cuando el ligamento se rompió. Es importante precisar si el paciente pudo o no continuar con la actividad que desarrollaba durante la lesión y la forma en la cual salió del sitio de la lesión (caminando o cargado) ya que esto nos orienta a evaluar la severidad de la misma. Los pacientes con lesiones agudas del LCA generalmente suspenden de inmediato la actividad y requieren ayuda para poder desplazarse del sitio de la lesión. El examen físico inicial generalmente se dificulta por dos factores; el dolor y el hemartros.
¿Quién debe operarse?
Todo aquel paciente que por motivos profesionales o recreativos necesite realizar movimientos de giro de la rodilla. Es muy recomendable en pacientes menores de 40 años. Aquellos pacientes que además de la lesión del LCA presenten una lesión de los meniscos (50% de las lesiones del LCA se acompañan de rupturas de los meniscos) pueden someterse a cirugía para arreglar solamente los meniscos o para tratar el LCA y los meniscos.
Aquellos pacientes que no quieran intervernirse, deberán permanecer con una inmovilización de rodilla por un período de entre 3 y 4 semanas, hasta que haya disminuido la inflamación. Deberá caminar con apoyo de 2 bastones. Una vez concluido este período se iniciará un tratamiento rehabiltiador destinado al fortalecimiento del cuádriceps.
Desafortunadamente, por las características propias del ligamento y a las fuerzas a las que se encuentra sometido, el LCA generalmente no cicatriza adecuadamente. En la mayoría de las veces una vez roto, aún con reposo y fisioterapia, no cura adecuadamente por sí solo. Por estas mismas razones el tratamiento quirúrgico mediante simples suturas tampoco funciona.
Se suele utilizar un injerto para sustituir al LCA roto. Éste puede ser de varios tipos
1.Tendón rotuliano (HTH).
2.Tendones de la corva (Semitendinoso y recto interno).
3. Injerto de cadáver (tendón patelar, tendón cuadricipital...).
El procedimiento se lleva a cabo con asistencia artroscópica, esto quiere decir que se hace una incisión de aproximadamente 3-4 cm. para tomar el injerto y el resto de la cirugía se realiza con ayuda del artroscopio a través de dos a tres pequeñas incisiones de un centímetro de longitud.
La rehabilitación comienza inmediatamente después de la cirugía, ya que desde que el paciente sale del quirófano comenzamos con ejercicios activos y pasivos para evitar perder musculatura y recuperar el rango de movilidad lo antes posible.
Se permite el apoyo parcial de la pierna operada desde el primer día posterior a la cirugía. El protocolo de fisioterapia se inicia durante la primera semana y puede durar hasta seis meses.
¿Cuándo puedo volver a jugar?
El tiempo promedio es de 4 a 6 meses.
¿Cuándo puedo regresar a mi trabajo?
Si es trabajo de oficina, generalmente entre 7 y 10 días después de la cirugía. Si es trabajo físico, una vez que se recupere la fuerza en la pierna operada.
Limitador de la translación tibial posterior y se le denomina el estabilizador primario de la rodilla. También provee una restricción de la rotación externa tibial y conjuntamente con el Ligamento Cruzado Anterior son restrictores secundarios contra las fuerzas biomecánicas de stress, en varo y en valgo en la rodilla. Una lesión de ligamento cruzado posterior es una rotura parcial o total del LCP ubicado en la parte trasera de la rodilla. Este ligamento une a la tibia con el fémur.
La lesión de LCP es frecuentemente causada por un golpe fuerte en la parte de la tibia que está inmediatamente debajo la rodilla. Esto usualmente sucede cuando la rodilla doblada se choca contra el salpicadero en un accidente de tráfico. En los atletas, las rupturas del LCP son frecuentemente causadas al caer sobre la rodilla doblada y con la punta del pie apuntando hacia abajo. Cuando el LCP sufre una lesión, otros ligamentos u otras partes de la rodilla también pueden resultar lesionados.
Si el LCP sufre una lesión la rodilla puede presentar un hinchazón o dolor súbito en la parte posterior. Al pasar el tiempo, su rodilla afectada puede volverse inestable, especialmente durante el ejercicio. En la exploración se aprecian signos de inestabilidad sobre todo al empujar la tibia hacia atrás, lo que se llama cajón posterior.
Es conveniente realizar una RMN de la rodilla para valorar el alcance de la lesión del LCP y/o de estructuras vecinas como los meniscos o el LCA.
EL tratamiento en la mayoría de los casos es conservador. Se pautan antiinflamatorios, frío local, reposo y apoyo con 2 muletas acompañado de una inmovilización similar a la del LCA.
Las roturas aisladas del LCP se suelen intervenir únicamente en deportistas de muy alto nivel o en casos de inestabilidad. Siempre está indicada la cirugía si hay lesiones asociadas como la del LCA.
Se suele realizar una plastia ya sea a base de parte del tendón rotuliano del paciente o mediante aloinjerto. Se realiza mediante artroscopia de rodilla.
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