Quintana rueda de rojo

El colombiano se hace con el liderato en detrimento de Atapuma y Contador escala posiciones en la general Lagutin firma la etapa

Sergey Lagutin cruza en solitario la línea de meta de la octava etapa de la Vuelta a España.
Sergey Lagutin cruza en solitario la línea de meta de la octava etapa de la Vuelta a España.
C. De Torres (Efe) La Camperona

28 de agosto 2016 - 05:02

Nairo Quintana (Movistar) se enfundó el maillot rojo de la Vuelta en la cima leonesa de La Camperona, tras un ascenso en el que mostró su mejor versión para imponerse al resto de favoritos, en una jornada cuyo triunfo de etapa lo firmó Sergey Lagutin (Katusha).

Volvió Quintana tras el agridulce tercer puesto del Tour de Francia. Fue líder un día en la Vuelta 2015 y ahora recupera la roja con un golpe de autoridad que le permitió en las duras rampas de La Camperona superar en 25 segundos a Alberto Contador (Tinkoff), ya restablecido de sus heridas, y en 33 a Chris Froome (Sky) y a su compañero en el Movistar Alejandro Valverde.

Otro golpe en la general, de donde desaparece Darwin Atapuma (BMC) para ceder el liderato a Quintana, escoltado por Valverde, a 19 segundos, y Froome, a 27. Movistar volcó la clasificación, en la que se mantiene Esteban Chaves (Orica) a 57 segundos y se incorpora el gladiador Contador, sexto a 1.39 minutos.

El Movistar dirigió el ascenso a La Camperona con la estrategia clara de esperar el ataque de Froome para responder. Y el plan funcionó. El triple vencedor del Tour aceleró a dos kilómetros de meta, en las rampas más duras, y se encontró con una contundente respuesta de Quintana, quien ya no miró atrás y se dedicó a abrir diferencias.

No fue un varapalo de Quintana, sí una forma de recuperar la confianza, la moral, ante un rival que lo tiene aburrido en el Tour, implacable en los duelos entre ambos.

Tan contento como Quintana estaba Lagutin, el más fuerte a la hora de la verdad en los últimos kilómetros de la subida al puerto leonés. Atacó a 200 metros del final para dejar con la miel en los labios a Axel Domont (Ag2r) y a Perrig Quemeneur (Direct Energie), a quienes aventajó en 8 segundos.

Salió la etapa de la milenaria localidad de Villalpando con Contador magullado y repleto de cintas adhesivas en el costado izquierdo. El madrileño, con semblante serio, hizo rodillo para afrontar una jornada llana pero con final explosivo.

Hacia la cima leonesa se dirigió el pelotón, enseguida roto por el salto de 11 corredores que dispusieron de licencia para llegar. Nadie preocupaba para la general, pues el mejor clasificado, Domont, estaba a 25 minutos.

El BMC no mostró demasiado interés en guardar el maillot rojo de Atapuma, pues permitió a la fuga una ventaja superior a los diez minutos a 35 kilómetros de meta. Tampoco los favoritos ni los equipos que aún no han ganado quemaron las naves por ganar. Desidia y plan de ahorro de energías, pendientes de la hora de la verdad, que siempre llega en los últimos kilómetros.

La victoria estaba delante. No se redujo la diferencia a pie de puerto, a 8,5 kilómetros de la cima estrenada en 2014 por Ryder Hesjedal. El retraso era de 8.35 en Sabero.

Jhonatan Restrepo (Katusha), de 21 años y sin experiencia alguna en grandes vueltas, fue el primero en arrancar en busca de la gloria, desafiando las rampas de La Camperona, pero las fuerzas lo abandonaron a falta de 1.000 metros en las rampas del 24%.

Se unieron Lagutin, Quemeneur y Cattaneo. El ruso hizo honor a su apodo de matador y asestó el golpe de gracia para apuntar en su palmarés su primera victoria relevante.

La Vuelta cobra emoción con los grandes en primera fila de la general, en vísperas del Alto del Naranco y Lagos de Covadonga. Quintana regresa, Valverde se mantiene, Froome aguanta y Contador se une a la fiesta. El madrileño nunca se rinde. Es el mejor vueltómano y ha recuperado la sonrisa. Dicen que un león herido se torna más peligroso. Y volvió a rugir.

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