Atletismo

Pies Negros, una zancada ancestral

  • Rafa Conejo, de los pioneros en Almería en quitarse los tenis y correr como lo hacían los antepasados

Pies Negros, en el Medio Maratón de Roquetas

La carrera popular se ha convertido en una religión para muchos deportistas y cada cual profesa su fe de acuerdo a parar el crono unos segundos antes en cada oración. Los hay que usan pulsómetros de última generación, medias compresivas de colores chillones, imitaciones perfecta de los tenis con los que Kipchoge batió el récord del maratón... y otros más puristas que prefieren sentir a la madre naturaleza en los pies y corren descalzos o en sandalias.

Ahora está de moda esta modalidad minimalista, de la que dicen que es beneficiosa para las articulaciones. Pero había que tener valor para ser el primero en quitarse los tenis y lanzarse a correr unos kilómetros sin más protección en la planta del pie que la piel. Ni promesa, ni desafío, ni apuesta. Sencillamente, una filosofía deportiva, a la imagen y semejanza de nuestros antepasados, cuando el ser humano corría descalzo, por ejemplo, para cazar.

“Esto es algo genético. Cuando fortaleces tus piernas, tus articulaciones tienen una amortiguación natural, que se pierde cuando corres con calzado deportivo. Por eso, yendo descalzo o con sandalias, percibes antes cualquier dolor y evitas una posible lesión. Además, las recuperaciones después de la carrera son mucho más rápidas”. El que explica este modus vivendi no tiene los pies negros, pero sí se le conoce por ese cariñoso mote: Rafa Conejo 'Pies Negros'. “Eso sí, mi planta del pie está como la tuya al acabar una carrera, no la tengo llena de magulladuras o ensangrentada”.

Pies Negros, en el Trail de Cabo de Gata con sandalias. Pies Negros, en el Trail de Cabo de Gata con sandalias.

Pies Negros, en el Trail de Cabo de Gata con sandalias.

Se trata de un antequerano que vive en Roquetas desde hace 31 años y al que se le ve corriendo por carretera, caminos o senderos, o montaña, con las piernas como Dios se las trajo al mundo. Quizás con un poco más de pelo que entonces. “Me encanta la montaña, maratones y ultramaratones, aunque también hago carrera en asfalto. Soy un amante de las sandalias o del descalcimo, quiero estar en contacto con la naturaleza, ser lo más sencillo posible”, lo que implica evitar la comodidad de una puntera reforzada o una plantilla amortiguadora: “Cuando corro, lo hago muy concentrado, porque una patada a una piedra o caer sobre ella, duele. Corro con las rodillas altas, evitando que el pie vaya cerca del suelo, y siempre cayendo con los metatarsos y no con el talón, puesto que esto es fatal para las rodillas. Es algo genético, si tú te descalzas y saltas, vas a intentar caer siempre con la parte delantera del pie”.

En la carrera de la Universidad, descalzo. En la carrera de la Universidad, descalzo.

En la carrera de la Universidad, descalzo.

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