Rubi rescata a Ramazani en el momento justo

La imagen que luego se traduciría en el necesario revulsivo de Tenerife se produjo el lunes 3 de mayo a las 11:30 de la mañana durante el entrenamiento en el anexo Mediterráneo. Los jugadores saltaban al césped tras casi una hora de vídeo y charla táctica de Rubi para corregir errores y el técnico catalán, nada más arrancar la sesión de trabajo, hizo un curioso aparte con Largie Ramazani mientras Umar Sadiq e Ivanildo Fernandes peloteaban cerca de ellos.

Si una imagen vale más que mil palabras aquella pequeña charla sirvió para simbolizar públicamente que entre las intenciones del arquitecto de Vilassar pasaba la de recuperar al habilidoso extremo belgapara la causa, mimándolo para convertirlo, quién sabe, en una pieza clave para abrochar el play-off y luego ser esa figura diferencial durante las eliminatorias de ascenso.

A sus recién cumplidos veinte años de edad el belga vivió altibajos durante la etapa de José Gomes al frente del banquillo rojiblanco. El preparador luso sabía que tenía entre manos a un jugador con mucho potencial, pero en su balanza siempre pesó más el hecho de que a nivel defensivo no aportase lo que buscaba y creer que, por su juventud, Ramazani todavía no estaba del todo cuajado para una categoría tan exigente como la Segunda División.

En la parcela ofensiva el ex del Manchester United ya cumplía a las órdenes de Gomes. De hecho, es el tercer jugador del plantel unionista (habiendo disputado al menos cinco partidos) con mejor promedio goleador (un tanto cada 308 minutos), solo por detrás de José Corpas (226 minutos) y de Umar Sadiq (223), formando la columna vertebral realizadora del plantel con 33 goles de los 54 que acumula el equipo. Con apenas 512 minutos sobre el césped, Ramazani suma las mismas dianas que futbolistas como Cuenca (2.683), Lazo (1.812) o Fran Villalba (1.322).

En el descanso del duelo en el Heliodoro Rodríguez López, con Alberto recién expulsado, Rubi lo tuvo claro y no dilató más una sustitución que se atisbaba necesaria, prescindiendo del siempre cumplidor Corpas para apostar por el agitador Ramazani. El resto de la historia ya es conocida, buena asistencia de Sadiq y una definición plena de sangre fría propia de un jugador con una madurez sobre el campo mayor de la que indica su DNI.

La mejor noticia de Tenerife, más allá de representar la primera victoria de la era Rubi y de dejar atrás una mala dinámica de resultados, fue sin duda la reaparición de Ramazani, que ha estado muchos meses inexplicablemente orillado en el filial, dejando en Tercera muchos mensajes de su incuestionable calidad como el gol que le hizo al Torredonjimeno desde el centro del campo. Esta vez Largie ha vuelto para quedarse.