Vámonos a hacer pascuas
Todoterreno Wiggins
El británico sentencia el Tour luciéndose en una contrarreloj de la que resultó vencedor · La única variación entre los primeros de la general fue el ascenso al sexto puesto del español Haimar Zubeldia
Bradley Wiggins arrasó en la contrarreloj de la decimonovena etapa del Tour, disputada entre Bonneval y Chartres, de 53,5 kilómetros. Así, el corredor del Sky pasará a la historia como el primer ciclista británico ganador de la prueba francesa, algo inédito en sus 99 ediciones.
Wiggins, de 32 años, confirmó el pronóstico y cumplió su sueño al rodar sin desmayo a casi 50 kms/hora. Llegará de amarillo a París tras abatir a todos sus contrincantes, con una impecable contrarreloj en la que desarrolló todo su potencial.
En un recorrido hecho a su medida, sin dificultad alguna, aventajó en 1.16 a su compañero y compatriota Chris Froome y en 1.50 al español Luis León Sánchez (Rabobank), que luchó entre los grandes hasta el último momento. Luisle se postula como uno de los referentes olímpicos del debilitado equipo ciclista español que viajará a Londres.
No hubo opción alguna para el resto de los rivales. Nibali, que acompañará en el podio a Wiggins y Froome, salvó el tipo a 3.38, y Haimar Zubeldia (Radioshack) rentabilizó la crono ganando un puesto en la general. Será sexto y primer español, tras desbancar al australiano Cadel Evans (BMC), humillado a 5.54 del ganador. El ciclista australiano, además, fue doblado por su compañero Van Garderen a 20 kilómetros de la meta. Otra prueba más de que, definitivamente, no ha sido el Tour de Evans.
La victoria de Wiggins, el gigante corredor de largas patillas de rockero, suavizó el debate en torno a la superioridad de Froome en la montaña, donde le tuvo que esperar en varias ocasiones. El jefe del Sky necesitaba un golpe de mando como este para reivindicar su liderazgo en el equipo. El mandamiento número uno de la formación británica era volcarse con el inglés nacido en Gante (Bélgica) y al final el objetivo se cumplió. Era un Tour con 100 kilómetros de lucha contra el crono, bastante más de lo habitual, una circunstancia ideal para Wiggins. Y Wiggins, a pesar de las dudas en algunos puertos, decidió en su terreno y llegará de amarillo a París.
Procedente del ciclismo en pista, donde ganó tres títulos olímpicos y tres mundiales, ha participado seis veces en el Tour, con una cuarta plaza en 2009, cuando empezó a evidenciar una milagrosa transformación para el ciclismo en ruta. A partir de ahí el método, el entrenamiento específico con Tim Kerrison, un especialista en natación y remo y las visitas al Teide, donde afinó una forma que le ha permitido cerrar un lujoso 2012.
Wiggins comenzó intratable la temporada, ganando la París Niza, el Tour de Romandía y el Dauphiné, algo que no había conseguido ningún corredor. Faltaba el Tour, su objetivo, su sueño. Ya en la ronda gala se vistió de amarillo en La Planche des Belles Filles, y blindó el liderato dos días después en la cronometrada de Besançon, donde pasó el rodillo, batiendo a Evans de manera definitiva y al resto de candidatos. Los apuros en la montaña dejaron dudas, que quedaron despejadas ayer en la contrarreloj de Chartres. En esta ciudad, a un paso de París, volvió a volar sin oposición, con un resultado contundente, que justifica la apuesta por él de todo un equipo.
Luis León Sánchez, cuatro veces campeón de España de contrarreloj, marcó una referencia a tener en cuenta con 1:06.03. El murciano se tiró media tarde esperando como primer clasificado provisional, hasta que llegó Froome mejorando su tiempo por 35 segundos. Ya se pudo ir al hotel el del Rabobank, pero con un puesto de honor.
Faltaba por llegar Bradley Wiggins, que había marcado el mejor registro en los pasos intermedios de los kilómetros 14 y 30, por delante de Froome, que se dejaba 12 y 54 segundos respectivamente. El ganador del Tour se fue superando a medida que avanzaba en el recorrido consciente de que eran sus últimas pedaladas hacia la gloria, hasta presentarse en meta para soltar un brazo al aire, con rabia. El gesto del ganador que acababa de hacer historia para el ciclismo británico.
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