Tanto el Lugo como el Almería se encuentran tranquilos por la cesión de Guilherme Guedes. El portugués, que costó tres millones de euros y que estaba inscrito en el filial almeriense como otros efectivos caso de Martin Svidersky, se marchó cedido el último día del mercado al Lugo. Ha sido inscrito en el Polvorín, el filial lucense, que milita en Segunda RFEF, aunque, al igual que en su estadía en Almería, tendrá dinámica en el primer equipo y la intención es que actúe en la segunda máxima categoría del fútbol español.

El problema ha surgido por un artículo de la Real Federación Española de Fútbol que indica lo siguiente: "Los futbolistas inscritos en el club filial o equipo dependiente sólo podrán alinearse en equipos distintos al que lo inscribió si su inscripción por el club filial o equipo dependiente se realizó dentro de los periodos de inscripción de futbolistas del equipo por el que se fuera a alinear. Igualmente podrá alinearse, si entre la fecha de su inscripción por el club filial o equipo dependiente, hubiera habido un periodo de inscripción de futbolistas para el equipo por el que se fuera a alinear".

Los dos clubes oficializaron el movimiento tras el mercado de invierno; sin embargo, tanto en el lucense como en el almeriense reinan la tranquilidad alegando que la cesión se llevó a cabo el mismo día 31 de enero, con el mercado aún abierto, confirmando que los trámites burocráticos se cerraron a las 23:58 horas y quedando inscrito a esa hora.

Guedes, que sólo ha jugado con el primer equipo indálico en Copa ante el Arenteiro, finalmente no coincidirá con Fran Justo, técnico del modesto conjunto gallego ese día. El joven preparador fue destituido la misma noche del martes y ahora el centrocampista luso, con contrato en el Almería hasta 2028, estará a las órdenes de Joan Carrillo, quien jugó 41 partidos con el extinto Poli Ejido en la 96-97 y dirigió once a la UDA en la 15-16.