A pesar de estar enfrascados en diferentes operaciones para reforzar el cuadro de Rubi, la dirección deportiva no descuida la operación salida. De hecho, el director general de la entidad indálica Mohamed El Assy, destacó el pasado domingo que hasta "doce-trece" efectivos tenían buen cartel en el mercado, palabras corroboradas después por el propio jeque.

No sólo trabaja la secretaría técnica en el traspaso de Umar Sadiq, la más sonada tanto por la cantidad de dinero que moverá como por tratarse de la estrella del plantel indálico. En los despachos de la Vega de Acá aún tienen que cerrar salidas como las de Maras, Rosic y Fuoli. El central apunta a marcharse cedido al Rayo, operación que aún no se ha materializado a pesar de que las negociaciones estaban muy avanzados. Su compatriota y el portero del filial el pasado curso también tomarán la rampa de salida con la llegada del arquero que le compita el puesto a Fernando.

Además, hay una serie de futbolistas que el pasado ejercicio no tuvieron el protagonismo deseado en Segunda División y también acabarán yéndose salvo sorpresa mayúscula, caso de Lazo o Appiah, a los que podrían sumarse nombres como Curro Sánchez o Puigmal, cada uno con una situación diferente, ya que el Almería no quiere desprenderse de jugadores como el ex del Manchester United.

A los Makaridze, Monte, Carriço, Buñuel, Jonathan, Robles, Albiar, Olivera y Villar también se unirá Jordi Escobar, que regresó tras su cesión en el Barcelona B y se encuentra con el filial rojiblanco; de hecho, actuó en el amistoso en Santo Domingo. En el caso de Nieto y Martos todo hace indicar que no saldrán hasta que no terminen con sus correspondientes recuperaciones. Solá, por su parte, saldrá cedido a Primera o Segunda RFEF.

En otro escenario se encuentran una serie de jugadores con los que cuenta Rubi pero a quienes el club no les cierra la puerta de salida si recibe ofertas que provoquen pingües beneficios económicos, caso de Akieme, Samu Costa o Ramazani. La más que posible llegada de Baptistao podría dar el empujón a un traspaso del belga que no se puede descartar en caso de una buena oferta económica.