Dos cosas a la vez es pedir peras al olmo (0-1)
Liga bbva
Serio trabajo defensivo del Almería, que le privó de tener ocasiones de gol. El único rasguño lo encontró Miranda, cómo no en un saque de esquina, para dar el primer triunfo al Atlético de Madrid en el Mediterráneo.
Era curiosa la imagen que se veía ayer en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Almería y Atlético de Madrid afrontaban el choque con sus segundos entrenadores, los aficionados tenían que echar la vista a los palcos privados de tribuna para ver a Francisco y Simeone. Bajo el amparo de sus segundos técnicos, almerienses y madrileños se desafiaron a un combate de muchas idas y vueltas, de más contraataque que fútbol de control.
Como la medicina que le dio hace algunas temporadas Simeone a un enfermo Atlético de Madrid fue garra, intesidad y una estrategia para contrarrestar el moderno fútbol guardiolista, Franciso sabía que no era día para sobar mucho el balón y arriesgarlo en zonas peligrosas, como a veces suele hacer. Por eso, le dejó la posesión al actual campeón de Liga e incrementó la presión en el centro del campo, con un trivote que dio buenos resultados en San Sebastián. Aunque no fueron los mismos hombres, puesto que Mané entró por el sancionado Duba, Silva sustituyó en banda a Edgar y Vélez se estrenó como titular por la cláusula del miedo de Thomas, la línea medular rojiblanca le volvió a dar más consistencia, además de cabeza para montar las contras y argumentos para rasear cuando el Atlético esperaba atrás.
Las pocas herramientas de las que disponen los rojiblancos para construir un fuerte infranqueable, por lo menos habían conseguido levantar un obstáculo amplio. Para sacar algo ante los tres todopoderosos de la Liga, hay que mostrar una seguridad y un sacrificio que difícilmente permite jugar un fútbol alegre en ataque y vistoso en la zona de creación. Además de todo, la inspiración es fundamental. E inspirado está Rubén. El meta fue de los mejores en San Sebastián y ayer se encargó él solo en la primera parte de desactivar el plan B atlético: Godín se encontró con un meta que hizo lo que nadie había podido hasta el momento, como es detener uno de sus cabezazos. Desde larga distancia, la única alternativa que le ofrecía el humilde al rico, el portero gallego también sacó dos manoplas a disparos de Thiago y Koke.
Hasta el descanso, la estadística en ataque era abrumadora para los visitantes. Tan sólo las carreras de Silva y los pivotajes de Hemed permitían a los rojiblancos separarse del cero por cien. Sin embargo, a diferencia de las matemáticas, la impresión que tenía la afición del equipo era de diez, el trabajo defensivo estaba siendo realmente bueno. Quedaba todavía toda una segunda mitad que aguantar o, quién sabe, sacarse de la manga alguna jugada que cogiese in fraganti a un campeón con serias dudas.
Las cámaras enfocaban a Francisco y Simeone al comienzo de la segunda mitad y los gestos de ambos delataban el panorama: mientras a Francisco estaba sentado aunque concentrado, Simeone vivía tenso y de pie. Un punto para los almerienses es oro en paño a estas alturas, aunque para lograrlo había que hacer un mejor trabajo que el inconmensurable ya realizado. No podía haber ni un sólo segundo de relajación, como en la rápida falta que botó Koke para Griezmann a la espalda de la defensa y que la rápida salida de Rubén evitó que acabara en gol.
Los últimos tropiezos del Atlético y los pies recibidos por Simeone, provocaron que los madrileños comenzaran la segunda parte con una presión muy adelantada. Aunque sin claro peligro, es cierto que encontraron algún espacio más en la mediapunta y sobre todo por la banda de Mané, que quizás es el que más acusa la falta de ritmo y confianza. De seguir bien parapetado atrás, antes o después el Almería confiaba en tener su ocasión al ataque. Hasta el momento, Silva y Jonathan tenían que correr más hacia atrás que hacia el frente, el equipo necesitaba de su aportación defensiva en banda.
Sin embargo, al cuarto de hora de la segunda parte llegó el apéndice del plan B atlético: si Rubén había sido capaz de frenar a Godín, nadie fue capaz de molestar a Miranda en otro saque de esquina al primer palo y el cabezazo del central que fuera a las mallas. Lo único que estaba concediendo el Almería a su rival eran córner y en uno de ellos cayó el 0-1. Lástima que los madrileños encontraron el único hueco que se había quedado al descubierto.
Ya no quedaba otra que lanzarse a por el Atlético, que pudo sentenciar en una contra tras otro fallo al corte de Dos Santos. Francisco introdujo tres hombres de ataque en la desesperada búsqueda de un punto, pero como en cada partido, se quedó sin punta de lanza al marcharse Hemed. Faltaba un cuarto de hora, pero aunque el Almería lo intentó, no pudo. Los de Francisco pueden hacer una cosa, como es defender bien como hicieron ayer, pero con sus limitaciones es muy complicado que ante el campeón, defiendan y ataquen con garantías y desparpajo. Hizo lo que tuvo que hacer, sin recompensa, y lo mejor es confiar en una táctica que ahora lo hace más consistente.
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