El dopaje ahonda la tristeza alemana

Alemania pondrá hoy fin a su participación en los Juegos Olímpicos de Sochi con una actuación deportiva muy lejos de las expectativas y con la sombra del dopaje acechando. La histórica potencia mundial en deportes de invierno esperaba marcharse de Rusia con al menos 30 medallas -las que logró hace cuatro años en Vancouver-, pero a falta de las tres finales de hoy la cifra es de 19.

"Es como un partido de fútbol que uno va ganando 4-0 y se va a casa con un 4-4", resumió con precisión el jefe de la delegación alemana en Sochi, Michael Vesper.

Muy poco sucedió como esperaba Alemania, que se enfrentó a todo tipo de contratiempos en Sochi: desde resfriados y lesiones hasta la pesadilla del dopaje, que sacudió a la biatleta Eva Sachanbacher-Stehle, doble campeona olímpica en su etapa como esquiadora de fondo.

"Los Juegos Olímpicos son algo muy emotivo para nosotros y no diría que fueron un éxito", admitió ayer Vesper.

Alemania terminó el penúltimo día de competición en la sexta posición del medallero con ocho oros, seis platas y cinco bronces, por detrás de Rusia, Noruega, Canadá, Estados Unidos y Holanda, una selección que sólo triunfa sobre hielo pero que tiene cinco metales más que los germanos.

La delegación alemana logró importantes éxitos en Sochi, pero considerando que la mitad de los oros llegaron en el luge, la visión global no es del todo positiva. Entre las grandes decepciones se encuentran los patinadores de velocidad, incapaces de colgarse una medalla por primera vez en 50 años.