Casi un mes después, el Almería regresa a casa para disputar un encuentro liguero. Desde ese duelo contra el Granada (3-3), en el que los rojiblancos perdieron tres tantos de ventaja para quedarse con la miel en los labios, han cambiado muchas cosas. La llegada de un entrenador se hizo de rogar, pero Gaizka Garitano aterrizó con un nuevo libreto y con un listado de urgencias con una plantilla alicaída. Este será su primer choque en el Power Horse Stadium con varias modificaciones tomadas en su debut en Girona (5-2). Fernando Martínez, el capitán unionista, ha regresado a la portería para volver a defender la portería después de un inicio en el que fue suplente de Maximiano. Otra de las variaciones del técnico vasco ha sido la irrupción de Leo Baptistao, que ha asumido los galones como delantero centro ante las bajas de Luis Suárez e Ibrahima Koné. La alternativa seguirá siendo un Marciano Tchami que aguarda su oportunidad para brillar con el primer equipo.

En el primer partido entre ambos conjuntos en la máxima categoría, lo que no ha cambiado desde entonces es la fragilidad atrás de un plantel que languidece por la sangría defensiva. Los 29 goles en contra en estas primeras diez jornadas suponen igualar unos guarismos que permanecían en el trastero del recuerdo desde más sesenta años, cuando el Elche encajó treinta tantos en la campaña 1962-63. La mandíbula de cristal de un equipo que se rompe en mil pedazos con cada golpe del contrario imposibilita afrontar los enfrentamientos en igualdad de condiciones. Una debilidad producida por unos centrales cuyo coste se acerca a los treinta millones de euros.

En los últimos cuatro encuentros, el Almería ha encajado 16 goles en contra

En el lado positivo, la sala de enfermería comienza a desocuparse lentamente. Houboulang Mendes y Édgar González regresan al plantel tras superar sus problemas físicos. Sin embargo, Sergio Akieme no podrá llegar a esta cita trascendental aquejado de sus dolencias en los isquiotibiales. En el centro del campo, Garitano apostó por alinear a tres mediocampistas (Iddrisu Baba, Dion Lopy y Lucas Robertone), algo que no había sucedido en toda la temporada. En caso de mantener ese patrón, solo faltaría por despejar las bandas, con varios perfiles opositando a dos puestos (Sergio Arribas, Largie Ramazani, Adrián Embarba y Lázaro Vinicius).

Gaizka Garitano contempla el trabajo de los suyos

Por su parte, los amarillos afrontan este duelo después de caer en el estadio de Gran Canaria frente al Rayo Vallecano (0-1) con un tanto de Bebé de penalti en el descuento. Un final trágico por el que los canarios querrán lamerse sus heridas contra un rival noqueado competitivamente. Con un estilo de juego reconocible y una solidez defensiva a la altura de los mejores equipos de LaLiga EA Sports, los visitantes asumirán el reto de visitar Almería después de su triunfo en Villarreal en su última salida. García Pimienta contará con las bajas de Sandro Ramírez, Fabio González y Jonathan Viera, capitán y referencia de los insulares. El veterano seguirá ausente por sus problemas en el plano personal.

La situación actual del Almería invita a pensar que si este encuentro no es una final está muy cerca de ello. No sólo por verse frente a frente a un rival directo, sino por romper con la peor dinámica de la historia del equipo en la máxima categoría y sumar los tres primeros puntos de la temporada. A pesar de que la lógica aplasta cualquier posibilidad de reacción, con trece partidos seguidos sin conocer la victoria, es el día para marcar un punto de inflexión. Es el momento de sumar tres puntos. Es la hora de la verdad.